Local

Desventuras del jueves

El Jueves fue un mercado hecho y derecho, de esos que nacían de una concesión real en toda regla y acababan dando su nombre, el de Feria, al barrio en el que tenían lugar.

el 15 sep 2009 / 02:45 h.

El Jueves fue un mercado hecho y derecho, de esos que nacían de una concesión real en toda regla y acababan dando su nombre, el de Feria, al barrio en el que tenían lugar. El permiso para celebrarlo lo dio Alfonso X El Sabio pero seguramente era ya una institución en la Sevilla andalusí como parece indicar su fecha semanal, víspera del viernes, día musulmán de descanso. El Jueves pertenece por derecho propio a ese patrimonio inmaterial de la ciudad que hasta hace unos años se diversificaba por enclaves y por asuntos (tratos agrícolas y ganaderos en la calle Sierpes, mundo taurino en Adriano, mercado de animales en la Alfalfa) y poco a poco se va adelgazando, empequeñeciendo, reduciéndose al tema unidimensional de cofradías y tertulias cofrades.

Al Jueves -digámoslo con claridad- no le ha hecho caso nadie. Han ido desapareciendo cafés y tabernas que eran su complemento, cerraban pequeñas tiendas de anticuarios y ropavejeros, se desplomaba la base comercial y humana que lo sostenía sin que, al parecer, todos cuantos exaltan la importancia de las tradiciones se preocupara por el proceso que sufría ésta. Ahora el Jueves no es mediático y por tanto es como si no existiera. Ya casi está pasada la hora de su recuperación pero podríamos intentarlo: podríamos sugerir que construyeran allí la mezquita; seguro que entonces saldrían defensores del Jueves por todas partes.

Antonio Zoido es escritor e historiador

  • 1