Después de una semana sin poder beber agua del grifo, los 5.600 vecinos de Alcalá de los Gazules esperan que hoy la Delegación de Salud levante esta prohibición que adoptó después de detectar restos de plaguicida en los depósitos de los que se abastece el municipio.
Según fuentes municipales, los análisis han determinado que se utilizó de forma ilegal en un campo de la sierra desde donde pudo haber sido arrastrado a uno de los arroyos de la sierra que surte la localidad.
El alcalde Arsenio Cordero anunció ayer su intención de enviar todos estos datos al Seprona para que abra una investigación con el fin de identificar a la persona responsable, y confió en que Salud garantice hoy la calidad y potabilidad del agua tras una semana de prohibición del consumo.