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Detectives sin gabardina

Casos como los de Juan Guerra y Luis Roldán comenzaron con informes de detectives.

el 30 ago 2014 / 18:47 h.

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Detective Sin gabardina marrón, sin sombrero, sin lupa y sin bajar la voz al referirse a ellos mismos como detectives, esta profesión vive en un mundo de ficción, cuando sus protagonistas son trabajadores como otros y no son ajenos a la situación actual del país, en la que son "incómodos para el poder". Juan Carlos Arias, fundador de la Agencia ADAS, tras 32 años en el oficio, no esconde su preocupación por cómo está el mundo del detective, agravado por la crisis económica y política que afecta hoy a la sociedad puesto que "nosotros somos gente que pagamos impuestos". Al mismo tiempo, Arias reclama el papel social del detective, "muy mal visto tradicionalmente en España" pero que es fruto del desconocimiento ya que "la gente no sabe lo que es un detective. Es muy desconocido. Tú vas a un detective y lo buscas para algo sucio, no sabes la utilidad social que tiene". Y sin esconderse bajo comparaciones inútiles, el detective, sin pseudónimo dónde acomodarse, habla claro sobre el principal problema de la profesión: "Ha habido un interés manifiesto por parte del poder público. El detective ha sido una persona incómoda para el poder y políticamente incorrecto". ¿El motivo? Las actividades que han afectado al poder, como los casos de Juan Guerra y Luis Roldán, que comenzaron con informes de detectives que investigaron que sus mujeres no recibían la pensión, ya que, según Arias, "estos informes fastidian al poder". Todo ello ha desembocado en diversas leyes, con su culmen en la Ley de Seguridad Privada de 2014, sobre la que Arias clama que no se tenga que dar informes previos al Ministerio del Interior sobre el trabajo que realiza porque "¡se pierde el secreto profesional!". "Se ha causado un miedo generalizado en la clientela; se cierran agencias y se crea un mercado negro que es lo que fomenta la ley, como el detective virtual, que además lo hace más barato ya que no tiene que pagar impuestos" lamenta Arias, que ha calificado de "desoladora imagen" en España. Juan Carlos Arias se muestra consciente de que la imagen del detective sigue relacionada con la de las novelas y explica que intenta romper mitos en la universidad, dónde imparte clases "pero es muy complicado". "Nadie habla de la utilidad social: muchas mujeres cobran pensión gracias a informes de detectives; muchas empresas están sobreviviendo por acabar con el absentismo, porque se acaba con el competidor que incumple la ley... Hay mucho fraude y no se quiere investigar. Los únicos que los estamos investigando, oficiosamente, somos nosotros", asevera. "Somos incómodos al poder y van a por nosotros", denuncia Arias, mientras que se pregunta por qué está viviendo una mala situación en su trabajo "y no es sólo por la crisis". Actualmente, realiza trabajos "que en otro tiempo no haría, pero es que apenas hay" y son frecuentes los temas económicos, asegura el responsable de ADAS. Preguntándose por un tema que le ha dejado marcado, el detective echa la mirada atrás, a los años ochenta y con pena y frustración recuerda "a un señor que nunca pagó la pensión", pero matiza que es sólo un caso, porque en otros "estamos haciendo un gran papel". "En España el fraude no se investiga y si se hace, no se castiga", afirma Arias, que añade que "la verdad cuesta mucho reconocerla", aún con detectives que, alejados de las novelas del siglo pasado, siguen buscando resolver casos. Siempre y cuando les dejen.

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