En concreto, la víctima se percató de que le habían sustraído 32 candilejas de los modelos Araña, Landau, Milord y Clarese, entre otros, que corresponden a vehículos de más de un siglo. Por ello, el denunciante explicó que el valor de los mismos era "incalculable", debido a su exclusividad y antigüedad, y valoró lo sustraído en unos 1.200 euros.
La Guardia Civil comprobó que el autor del robo accedió a la nave mediante la realización de un agujero en una pared. También pudo comprobar que el ladrón conocía los objetos sustraídos, ya que era necesaria una herramienta concreta para poder retirar cada tipo de farol del carro.
Transcurridos dos días, la víctima acudió de nuevo al cuartel para indicar que, en una chatarrería del municipio, había localizado la totalidad de los faroles, así como otros dos más de cuya falta no se percató con anterioridad. Fue entonces cuando el responsable del establecimiento de compra de chatarra explicó a los agentes que fueron dos jóvenes los que acudieron a su comercio para venderle "un saco con unas tuercas y no sabía si dentro había o no faroles", por los que les pagó 23 euros al peso.
Los agentes prosiguieron sus indagaciones hasta dar con el supuesto autor del robo, que, al parecer, envió a los dos jóvenes, uno de ellos menor, a la chatarrería. Se trata de J.A.S.F., vecino de Utrera de 28 años, al que, una vez recabadas las pruebas pertinentes, la Guardia Civil detuvo por un supuesto delito de robo con fuerza en las cosas.
