Purificación Armenteros Vacas, de 44 años, falleció sobre las tres de la madrugada de ayer, al parecer, a manos de su expareja, Fermín J.M. de 46 años. Los hechos ocurrieron en el número 26 de la calle República Argentina del municipio de Torredelcampo (Jaén) y, el presunto autor del crimen se desplazó hasta las dependencias de la Policía Local, en la Plaza del Pueblo, donde se entregó. El hombre confesó a los agentes que había matado a su antigua compañera sentimental, incluso, iba ya provisto de una pequeña maleta para su ingreso en la cárcel. Los policías, junto a la Guardia Civil, comprobaron la veracidad de su testimonio. Nada pudieron hacer por salvar la vida de la víctima. Es el el segundo crimen machista en la provincia en lo que va de año. El primero fue el fallecimiento violento, a manos de su pareja, de una vecina de la aldea de La Caleruela, en Villacarrillo, el 30 de enero. Estas dos muertes elevan a seis las registradas en Andalucía y a 16 la cifra en España. El caso está en manos del Juzgado de Instrucción número 1 de la capital jiennense que, al cierre de esta edición, todavía no había llamado a declarar al autoinculpado.
Según los testimonios recogidos entre los vecinos, eran habituales las peleas entre esta pareja. Los problemas de ambos habían derivado en un rosario de denuncias cruzadas que habían motivado el internamiento penitenciario del hombre, durante nueve meses. La última orden de alejamiento dictada por un juzgado restringía los movimientos de la mujer, que no podía acercarse al hombre. El subdelegado del Gobierno en Jaén, Fernando Calahorro, afirmó que, desde 2006, se habían contabilizados numerosos episodios de violencia mutua. Habló de tres procesos penales, dos en los que la víctima era la fallecida, y otro, el presunto autor de su muerte. Actualmente, según precisó, había dictadas sendas órdenes de alejamiento. Mientras, la directora del Instituto Andaluz de la Mujer, Soledad Pérez, afirmó que no estaba en vigor la medida de alejamiento de la víctima con respecto al agresor.
Mientras se aclara esta cuestión, la Policía Judicial de la Guardia Civil se ha hecho cargo de las investigaciones. Algunos testigos de los ocurrido aseguraron que habían escuchado insultos y golpes en el momento en el que, supuestamente, ocurrió el crimen. Familiares también dejaron claro que habían hecho advertencias a Purificación Armenteros Vacas para que rompiese las relaciones que mantenía con su expareja, ya que entre ambos existían fuertes discusiones.
La muerte de esta vecina de Torredelcampo dio lugar a numerosos muestras de repulsa por parte de partidos políticos, colectivos y asociaciones. Ayer, a las siete de la tarde, unas cuatrocientas personas se concentraron en la Plaza del Pueblo del municipio para expresar su malestar sobre lo ocurrido. Previamente, el pleno de la Corporación Municipal condenó los hechos y aprobó que se decretara un día de luto, hasta las siete de la tarde de hoy, y transmitir el pésame a los seres queridos de la víctima.
Prisión sin fianza para el policía que mató a su mujer
El Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Granada dictó ayer prisión provisional y sin fianza por un delito de asesinato para el policía nacional jubilado de 62 años acusado de matar el lunes a su esposa en el domicilio que ambos compartían en la capital granadina.
Según informó el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) en un comunicado el hombre, de iniciales, C.M.C., no tiene antecedentes judiciales por denuncias previas por parte de la víctima, N.C.C., de la misma edad.
El crimen tuvo lugar sobre las 8.30 horas del lunes cuando el presunto agresor, golpeó a su esposa con un hacha de carpintero y después la apuñaló con un cuchillo de cocina, según fuentes de la investigación.
Posteriormente, el hombre se dirigió a un bar “bastante nervioso y con manchas de sangre” y confesó haber matado a su mujer a dos agentes de la Policía Local que se encontraban en el local.
La víctima no había denunciado nunca malos tratos pero sí se había dirigido en varias ocasiones al Instituto Andaluz de la Mujer para pedir asesoramiento jurídico, porque su intención era “divorciarse” de su pareja.
El matrimonio, que tiene dos hijos, uno de ellos guardia civil, ya se separó hace dos años y el hombre se trasladó a vivir a los bajos del mismo edificio donde residía la mujer. Pero tras la muerte de la madre de ella, volvieron a convivir juntos.
El crimen causó gran sorpresa y consternación en el barrio granadino en el que vivían, aunque varios vecinos aseguraron tras conocerse la noticia que ella tenía desde hacía tiempo “problemas de depresión, de ansiedad y de nervios” y solía tener discusiones con el marido. Según estos testimonios, el presunto asesino reaccionaba “marchándose y quitándose de enmedio”.