S.C.
Un médico grababa a sus compañeras de trabajo cuando se cambiaban de ropa en el vestuario de una clínica de Utrera. Para no ser descubierto, no usaba una cámara al uso, sino un bolígrafo espía que dejaba en una bata. Al final, el sujeto fue pillado por otro médico, que le denunció ante la Guardia Civil.
Los agentes de la Benemérita tuvieron conocimiento de los acontecimientos tras la denuncia presentada por una trabajadora, así como por la propia directora de la clínica -a la que, posteriormente, se unieron también el resto de empleadas-, que acudieron al cuartel y relataron haber encontrado un bolígrafo provisto de una cámara oculta en los vestuarios del centro.
Según las denunciantes, el bolígrafo fue descubierto por otro médico, aficionado a la tecnología, que lo observó asomando por el bolsillo de una bata blanca, estratégicamente colgada de una percha del vestuario donde habitualmente se cambian de ropa las empleadas que desempeñan su jornada laboral, tanto al llegar como al marcharse del trabajo.
Al inspeccionar este artilugio con mayor detenimiento, pudieron comprobar que, efectivamente, se trataba de uno de los conocidos con el nombre de bolígrafos espía, que suelen ser más gruesos que los habituales y en cuya memoria guarda las grabaciones en una cámara de video, que está situada en la parte superior lateral del capuchón.
Una vez comprobada su naturaleza, este médico alertó a sus compañeras de trabajo que, junto con los directores de la clínica, descargaron y visualizaron lo que la memoria almacenaba, conteniendo imágenes de las féminas mientras se cambiaban de ropa. Por este motivo, y una vez pasados los primeros minutos de sorpresa y estupor, decidieron interponer la correspondiente denuncia ante la Guardia Civil.
El Área de Investigación del Puesto Principal de la Guardia Civil de Utrera analizó las pruebas y entrevistó a los empleados, dirigiéndose entonces las sospechas de los agentes hacia uno de los médicos que, según dichos testigos, solía firmar con ese bolígrafo. De hecho, los guardias observaron en una de las grabaciones al individuo mientras ubicaba y orientaba la cámara para realizar con éxito las capturas.
Esta investigación también permitió conocer el modus operandi del supuesto autor de este delito, que era colocar dicho elemento entre las batas blancas y las ropas colgadas en los percheros del vestuario unos minutos antes de que el personal femenino accediera a la sala para cambiarse. Para no ser descubierto, retiraba el bolígrafo a los pocos minutos de que se retiraran sus compañeras.
Después de recabar toda la información pertinente, la Guardia Civil de Utrera pudo detener al individuo sospechoso, al que se le imputa un delito contra la intimidad de las personas.