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Detenido un menor por matar a golpes a la niña de Arriate

El chico, de 17 años, era su amigo y apoyó en el duelo a la familia. Sus huellas estaban en el cadáver

el 03 feb 2011 / 11:36 h.

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El cordon policial cerró la calle del chico detenido en Arriate.

La Guardia Civil acordonó ayer con varios vehículos y multitud de agentes la estrecha calle donde vive un menor de 17 años, arrestado minutos antes por el asesinato a golpes de una niña de 13 años hace dos semanas, en Arriate (Málaga). El municipio, de 2.500 habitantes, dejó de ser un lugar tranquilo y en cuestión de horas se convirtió en el epicentro mediático y policial del crimen de la niña María Esther Jiménez. La barrera policial tuvo que ampliarse para mantener alejados a los cientos de vecinos -incluso de pueblos aledaños- que se acercaron al lugar de la detención.

La investigación se había centrado desde el principio en los vecinos del pueblo, donde se tomó declaraciones y huellas dactilares a más de 50 sospechosos del entorno más próximo a la menor. Poco antes del mediodía de ayer, varios agentes de la Guardia Civil vestidos de paisano entraron en una casa baja situada en la calle Vinillas de la localidad y sacaron bajo arresto a un chico de 17 años. Minutos después la vía, de un único sentido, fue acordonada por numerosos efectivos para proceder al registro de la vivienda. Los agentes registraron su domicilio familiar. Luego se trasladaron hasta la finca de otro allegado, ubicada en las afueras del municipio, en una zona conocida como Parchite, donde se llevó a cabo otro registro.

El detenido es un adolescente "corpulento, un chico normal de una familia normal". Según los vecinos era un amigo de María Esther que acompañó a la familia y pidió justicia por el crimen después de que hallaran el cadáver. Tiene dos hermanas, una de ellas melliza, y formaba parte del grupo de amigos de la joven.

La Policía Judicial de la Guardia Civil le considera responsable de haber asesinado a María Esther el pasado 20 de enero en el interior de la caseta de una piscina donde fue encontrada, a pocos metros de su casa. Agentes de la Policía Científica hallaron varias huellas en el cadáver de la niña y en la piedra con la que, supuestamente, le partieron el cráneo. Las huellas y demás pruebas recabadas se enviaron a Madrid y a Málaga para determinar su procedencia. La menor había muerto a consecuencia de los fuertes golpes sufridos en la cabeza con un objeto contundente, según desveló la autopsia del Instituto Anatómico Forense de Málaga.

El joven detenido fue trasladado ayer a la comandancia de Málaga y previsiblemente hoy pasará a disposición de la Fiscalía de Menores para ser interrogado. La Guardia Civil no descarta que haya más detenciones.

Búsqueda intensiva. María Esther desapareció el pasado 19 de enero y la Guardia Civil, la Policía Local y el Consorcio Provincial de Bomberos activaron un dispositivo especial de búsqueda por los cortijos y alrededores de la localidad para encontrarla.

Finalmente, su cuerpo fue hallado un día después en el interior de una caseta anexa a una piscina en las afueras de Arriate. Un bombero del municipio encontró el cadáver. Tenía el rostro desfigurado por los golpes. Más tarde se determinaría que la causa exacta de la muerte fue un terrible traumatismo cranoencefálico. La autopsia también descartó que la joven hubiera sido agredida sexualmente.En las siguientes horas y días, la Guardia Civil peinó la zona en busca de pruebas e interrogó a los vecinos y familiares para intentar esclarecer los hechos. Unos 30 agentes han estado directamente implicados en el caso, algunos de los "mejores especialistas" a nivel nacional, según el Instituto Armado.
El pasado 22 de enero, tras la misa funeral en Arriate, el cortejo fúnebre partió hacia Paterna de Rivera (Cádiz), donde reside parte de su familia y en cuyo cementerio recibió sepultura al día siguiente el cuerpo de la menor.

Los padres afirmaron que su hija había recibido dos cartas con amenazas en su domicilio antes de que sucedieran los hechos, pero creían que "no era nada importante" y que se trataba de "una chiquillada".

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