Doble golpe a ETA. Mientras la Guardia Civil localizó ayer un zulo que podría pertenecer a la banda terrorista en la localidad alicantina de Confrides, en el interior de la comarca de la Marina Baixa, la Gendarmería francesa detuvo al etarra Ibai Suescún González, huido de la Justicia desde octubre.
La noticia de este hallazgo ha sorprendido a los vecinos, quienes reaccionaron entre el escepticismo y el miedo, como así ha relató Tomás Díaz, gerente del restaurante Venta de Emilia, uno de los dos establecimientos de gastronomía que se ubican en esta localidad. "Estamos acostumbrados a ver a la Guardia Civil cuando un excursionista se pierde o resulta accidentado en alguno de estos parajes, pero no por este tipo de hechos", manifestó.
Disparo en la mano. Por su parte, el etarra fue detenido en Francia tras pedir auxilio por una herida de bala en la mano y no se identificó hasta que llegó al hospital de Oloron. Suescún González se encontraba huido desde el pasado octubre, cuando logró eludir una operación contra la kale borroka desarrollada en Navarra en la que sí fue detenido su hermano mellizo, Gorka, junto a otras tres personas. Las fuentes policiales precisaron que Ibai Suescún nació en la localidad navarra de Larraga el 12 de octubre de 1985, por lo que tan sólo cuenta con 23 años de edad.
El juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska decretó prisión provisional para su hermano Gorka Suescún, nacido el mismo día, al que le imputó su pertenencia a SEGI y los delitos de estragos y posesión de sustancias incendiarias con fines terroristas. Antes de esta detención Gorka fue arrestado por la Policía el 12 de enero de 2007 por desobediencia y colaboración con banda armada. Según la investigación policial a finales de septiembre de 2008, estuvo implicado al menos en cinco acciones de violencia callejera entre 2006 y 2008.
Por su parte, Ibai Suescún fue detenido en la localidad de Lescun (Departamento 64 de los Pirineos Atlánticos) después de que acudiese a pedir auxilio a un caserío de esta localidad, según informaron fuentes de la lucha antiterrorista. Estas mismas fuentes precisaron que una vez fue detenido, la Gendarmería procedió a su traslado al hospital de Oloron, donde fue atendido de la herida de bala que se habría producido él mismo cuando manipulaba el arma. Fueron los propietarios del caserío en el que se presentó este presunto etarra quienes dieron parte a la Gendarmería después que él herido se presentase a si mismo como miembro de la banda.
