Tres días después de aterrizar en Frankfurt y afrontar un fin de semana de una intensidad extra, con dos amistosos incluidos, la plantilla del Betis gozó al fin de una jornada de descanso y turismo. Por la mañana, baño relajante en las aguas del thermarium de Bad Schönborn, famoso en toda Alemania. Y por la tarde, visita a la vecina ciudad de Heidelberg, famosa también en todo el país teutón y buena parte del resto del mundo por su castillo, más propio de un cuento de hadas o una novela medieval que de estos tiempos de primas de riesgo y rescates financieros.
El día nacional del relax amaneció para la expedición verdiblanca en el balneario de Bad Schönborn. Tocaba sesión de baño y masaje pero en un escenario inhabitual e inmejorable, un spa de categoría máxima donde los jugadores sanos se deleitaron entre piscina y piscina mientras los renqueantes, como Beñat o Mario, realizaban ejercicios acuáticos bajo la supervisión de Fran Molano. No se bañaron los tres jefes del viaje, que se dedicaron a jugar al tenis.
Después del almuerzo, la expedición cambió Bad Schönborn por Heidelberg, uno de los destinos turísticos más populares de Alemania. Allí, los futbolistas pasearon por su bello centro histórico, que alberga la universidad más antigua del país, y vieron de lejos el castillo, construido por los celtas ni más ni menos.
