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Día perfecto en la Feria de Abril: comida, toros y vuelta al Real hasta la madrugada

Crónica de una jornada cualquiera en el Recinto de Los Remedios de Sevilla.

el 16 sep 2009 / 01:59 h.

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MANUEL RUS. EFE

Un día perfecto en la Feria de Sevilla incluye una comida en el recinto ferial con amigos y familiares a base de jamón, queso, mariscos, frituras y algún guiso regado con vinos y cervezas, una sobremesa en los toros y vuelta al Real para seguir bebiendo, comiendo y bailando hasta que el cuerpo aguante.

La comida en una caseta familiar o de la asociación a la que se pertenezca o haya sido invitado debería empezar algo más tarde de las 14:00 horas y se prolongará, sin prisas, hasta cerca de las 17:00 horas.

Si es mujer, debería estrenar un traje con las nuevas tendencias de la moda, porque el de flamenca es el único vestido regional del país que evoluciona con los años.

Una vez concluida la comida, lo ideal sería desplazarse hasta la plaza de toros, distante un kilómetro y medio desde la portada de la Feria, en un coche de caballos previo recorrido por algunas de sus calles, aunque no desluce la jornada hacerlo en un taxi, y este año existe la novedad de hacerlo en barco por el Guadalquivir.

En las corridas en días de "farolillos" no es raro encontrarse a alguna espectadora ataviada con su traje de flamenca, y por supuesto, es mejor hacerlo en localidades de sombra, la más cara a 148 euros, mientras que las de sol es posible conseguirlas a veinte euros, aunque aquí deberá cubrirse con algún sombrero.

Cuando acabe la corrida, se puede optar por volver al recinto ferial en taxi o caminando, porque, en cualquier caso, ya habrá pasado "la caló" y el paseo es agradable junto al río Guadalquivir y monumentos históricos hasta cruzar uno de sus puentes y llegar en poco tiempo a la portada.

El feriante completará su jornada ideal en más casetas, de las que hay 1.047, en las que repondrá fuerzas con nuevas viandas acompañadas de bebidas, como los tradicionales finos, manzanillas o cervezas, o el más moderno invento, denominado "rebujito", una mezcla de manzanilla con 'sprite' y abundante hielo.

De nuevo se vuelve a acompañar la bebida con comida a base de raciones compartidas con el grupo con el que se asista a la Feria o con las personas que, sin duda, se incorporarán a la pandilla inicial, porque es muy propio conocer a los amigos de tus amigos y comer y beber con ellos.

A esas horas se habrán ido los caballos del recinto y se habrá encendido el alumbrado, este año con bombillas menos potentes para reducir hasta en un 17 por ciento el consumo eléctrico, según fuentes municipales.

De una caseta se irá a otra, casi siempre con un itinerario distinto del que uno ha previsto porque es habitual cambiar de planes por las invitaciones que pueda recibir de los nuevos agregados al grupo.

Bien entrada la madrugada, y para completar la jornada a la perfección, deberían probarse los churros en las casetas de los buñuelos, que son regentadas tradicionalmente por gitanos, tras lo cual puede irse a descansar con la satisfacción de haber probado lo mejor de la Feria de Abril.

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