Durante un par de días Madrid ha cambiado el madroño por el olivo y ha acogido las VIII Jornadas Gastronómicas Andaluzas, acto conjunto de instituciones y empresarios para promocionar los productos de la tierra más allá de sus fronteras.
Además, se aprovechó la ocasión para dar a los periodistas un adelanto de lo que será la nueva franquicia de la tapa andaluza, que aspira a colocar en cada uno de los países que emiten turistas hacia la región un establecimiento en el que disfrutar de su cocina.
El presidente de la Asociación Empresarial de Calidad Certificada (Lándaluz) -de donde parte la iniciativa con el apoyo de la Consejería de Agricultura y Pesca-, Manuel Jurado, explicó que la idea es que "esa gran parte de los 22 millones de turistas que visitan la comunidad y descubren su cocina pueda encontrar en sus países de origen un lugar donde poder seguir disfrutando de ella".
En este sentido, matizó que estos establecimientos serán una especie de "embajadas" en las que se servirán comidas, se venderán alimentos y se promocionarán las opciones turísticas que Andalucía ofrece. El objetivo es poner en marcha en el plazo de cinco años unos 50 negocios, de los que un 60% se ubicará en el extranjero y el 40% restante, dentro de España.
Las VIII Jornadas Gastronómicas Andaluzas fueron presididas por la consejera andaluza de Agricultura, Clara Aguilera, el presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía, Santiago Herrero, y Manuel Jurado, como representantes de las instituciones organizadoras.
En su primer día -comenzó el lunes y finalizó ayer-, el evento reunió en el Casino de Madrid a personalidades de la hostelería, la gastronomía y la economía para entregar los premios Sabores de Andalucía al secretario de Estado de Turismo, Joan Mesquida, al chef Ferran Adrià; al hostelero sevillano Rafael Juliá; al presidente de la Federación Española de Baloncesto, José Luis Sáez, y al presidente de la Real Academia Española de Gastronomía, Rafael Ansón, "por su apoyo a la difusión de los alimentos andaluces".
No faltó un perejil. Ya en la entrega de premios, Herrero abrió la gala recordando que la agroalimentación es "la joya de la corona industrial de Andalucía y el principal componente de nuestra actividad exportadora". No en vano, aglutina a 5.000 empresas con más de 50.000 empleados y que facturan 14.000 millones de euros al año.
Y empezó el ir y venir de premios. El primero fue para Rafael Juliá en representación de Juliá Catering, empresa que ha servido las mesas de la realeza española en varias ocasiones. Hombre llano y sencillo, se lo dedicó a su madre, que "con 105 años es una empresaria ejemplar que aún sigue yendo a trabajar".
Le siguió Sáez, quien destacó que Andalucía "está cada vez más presente" en los eventos internacionales de cualquiera de sus ámbitos de actuación, ya sea el deporte o la gastronomía.
Ferran Adrià no pudo asistir, pero recogieron el galardón en su nombre los chefs Dani García y Paco Roncero.
Prosiguió la gala y se rindieron honores a Rafael Ansón, quien confesó que su padre era un "orgulloso hijo de Antequera" y, citando la frase de Einstein, "atreverse a saber es tan importante como saber atreverse", reconoció que Andalucía "ha sabido atreverse a ser la comunidad número uno en turismo, gastronomía y calidad de vida".
Mesquida recibió el último premio y en su discurso puso en relieve una vez más el binomio gastronomía-turismo. "Cuando alguien llega a un lugar pregunta qué es lo que se puede ver y dónde se come bien" y Andalucía "es un referente de la cocina por sus magníficos productos y costumbres, como es la tapa".
Cerró la jornada del día una cena elaborada por destacados cocineros andaluces que, junto al chef Paco Roncero, realizaron modernas recetas con materia prima de la comunidad.
Manzana verde recién caída del árbol, ajoblanco malagueño de sardinas, lubina de Veta la Palma, parmentier de toro de lidia, papada de cerdo ibérico de Sierra Mayor de Jabugo, migas con chorizo y Perfume de Andalucía Helado fueron los platos.
