La presidenta de la Junta, Susana Díaz, trabajó ayer hasta última hora en la composición de su Gobierno con dos claves: la crisis y su promesa de cambio. Díaz alargó ayer la tarde en su despacho de San Telmo centrada en componer las piezas del puzle de su gabinete y con la orden clara de que no se filtrara ninguna información sobre los nombres que sentará a su Consejo de Gobierno. La presidenta tiene manos libres para conformar su propio equipo y, según fuentes del Ejecutivo, lo hará atendiendo a la eficacia y no a criterios políticos, aunque la socialista conoce mucho mejor los entresijos del aparato socialista que su antecesor, José Antonio Griñán, y es poco probable que abra heridas entre los dirigentes del partido e ignore totalmente las cuotas del poder provincial. Díaz no ha ocultado la importancia de mantener el partido unido y respaldándola en este momento y sería estéril que caminara en otra dirección.
Las quinielas circulan desde que Díaz fue confirmada como la sucesora de Griñán, sin embargo ella se ha encargado de frenar en seco las especulaciones manejando la información a cuenta gotas y compartiéndola con un círculo muy cerrado de colaboradores. También en esto, aseguran, la socialista quiere imponer su sello personal y manejar los tiempos a su manera. Oficialmente no será hasta la mañana de hoy lunes cuando confirme su Gobierno en la reunión de la ejecutiva regional del PSOE-A.
Díaz solo ha desvelado que su Ejecutivo será paritario y que mantendrá el mismo número de consejerías que ha heredado, es decir once. Sin embargo, no se descartan pequeños retoques en la estructura y en el reparto de competencias sobre todo dirigidas a potenciar el área económica y de empleo. La presidenta siempre ha situado la lucha contra el paro y la creación de empleo como uno de sus grandes retos, en una comunidad con un 36% de andaluces sin trabajo. En su último gabinete, Griñán decidió suprimir la Consejería de Empleo, que estaba absolutamente calcinada por el escándalo de los ERE, y sumó estas competencias en una macroconsejería: Economía, Innovación, Ciencia y Empleo. Al frente de este departamento ha estado Antonio Ávila, uno de los hombres fuertes de Griñán y una de las grandes incógnitas en el futuro Gobierno de Díaz. Fuentes del Ejecutivo no quisieron ayer confirmar si habrá un fichaje potente para el área económica que suponga un cambio radical en este departamento.
Respecto a la Consejería de Hacienda y Administración Pública, se ha dado en todas las cábalas por segura la salida de Carmen Martínez Aguayo, otra de las personas del círculo directo de Griñán. Son momentos de cambio que siempre pueden generar cierta incertidumbre; pero los cambios son regeneración, avance, desarrollo y, sin duda, traerán muy buenos momentos para Andalucía, admitió el pasado sábado Martínez Aguayo durante la toma de posesión de Díaz. Ella misma no ha ocultado que asume su salida, propiciada en gran parte por su etapa como viceconsejera de Hacienda con Griñán, cuando recibió los informes de la Intervención General alertando de irregularidades en el reparto de las ayudas de los ERE que hoy investiga la justicia.
Ésa es la otra gran promesa de Díaz, que se ha presentado como abanderada de la lucha contra la corrupción y que, según su círculo más cercano, está dispuesta a borrar cualquier vestigio de este escándalo de los ERE en su gabinete.
Hasta el momento la única salida absolutamente cierta es la del consejero de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, Luis Planas, que se midió con Díaz en las primarias socialistas y anunció su dimisión una vez que Griñán confirmó su retirada inminente. La socialista debe además buscar a alguien fuerte y con peso político para la Consejería de Presidencia que ella deja vacante.
Tampoco se conoce si repetirán los consejeros de Justicia (Emilio de Llera), Educación (Mar Moreno), Salud (María Jesús Montero) y Cultura (Luciano Alonso).
Socios de gobierno // Izquierda Unida sí ha confirmado que mantendrá a sus tres consejeros sin cambios. Diego Valderas seguirá en la vicepresidencia y en la Consejería de Administración Local y Relaciones Institucionales; Elena Cortés, en la Consejería de Fomento; y Rafael Rodríguez en Turismo y Comercio. IU ha asegurado estos días que no pondrá condiciones a los nombres que elija Susana Díaz e insiste en repetir que lo importante son las políticas y no las personas.
Durante sus discursos, Díaz ha insistido también en pedir a los altos cargos de su Gobierno que salgan de los despachos a la calle y prediquen con el ejemplo. Su compromiso de gobernar con las ventanas abiertas y la necesidad de recuperar el pulso de la calle en un momento de máxima desafección de los ciudadanos hacia la política, también influirá, sin duda, en la elección de los nombres de su gabinete.
El nuevo Gobierno andaluz, que se conocerá formalmente hoy, tomará posesión mañana martes para que empiece a funcionar.
