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Diez años sin cerrar

La primera farmacia 24 horas de Sevilla celebra su décimo aniversario

el 11 feb 2011 / 19:01 h.

El robot de la farmacia permite localizar los medicamentos con gran rapidez.

Si usted va a la farmacia 24 horas de Amador de los Ríos a comprar unas aspirinas y el farmacéutico ni se inmuta para ir a buscarlas, no se extrañe. Está esperando a que un robot le dispense su medicamento. Así funciona esta moderna botica desde hace ocho meses. Pero no es lo único en lo que han innovado. Hace una década que a su dueña, Concepción de los Reyes Sainz, se le ocurrió abrirla durante todo el día, los doce meses del año, siendo la primera de estas características en Sevilla. Y ya hay siete.

El establecimiento ha sido el espejo de otras farmacias en la capital y la provincia. Según Bernardo Muela, marido de Concepción y administrador del negocio, "ya hay muchas que se han apuntado al carro, pero no todas son rentables debido a que no pueden soportar el horario". La clave para que la farmacia dé beneficios, explica Bernardo, "es la localización, ya que Amador de los Ríos es una calle muy conocida, de fácil acceso y se puede aparcar en doble fila...".

La idea surgió para "prestar un mejor servicio", afirma su propietaria, debido a que en muchas ocasiones las farmacias de guardia estaban "escondidas" y los usuarios tenían dificultades para encontrarlas. Sin embargo, no cerrar tiene algunos inconvenientes. Principalmente, los turnos de los trabajadores, pero, sobre todo, tener las puertas abiertas a horas en las que amigos de lo ajeno suelen aprovechar para salir a la calle. Gabriel Arizón, uno de los dependientes, bromea con que alguna vez han intentado robar amenazando con navajas, aunque sin demasiado éxito. La única vez que consiguieron llevarse la recaudación fue hace dos años a punta de pistola. Sin embargo, no tardaron en recuperar el botín, pues un vecino paró al ladrón en la puerta con una bicicleta.

Esta iniciativa, más aún en tiempos de crisis, es arriesgada. De momento, los propietarios aguantan el tirón, si bien es cierto que "han disminuido las ventas", según Bernardo, que cuenta cómo ha subido notablemente el número de medicamentos dispensados con receta "ya que la gente busca ahorrar aunque sean tres euros". Asimismo, asegura que donde más se está resistiendo el ingreso es en el apartado de productos de parafarmacia, porque no son indispensable para la salud.

Concepción, que regenta la farmacia desde 1999, en su afán por mejorar el servicio, ha ido incorporando en las instalaciones adelantos tecnológicos muy llamativos. Es el caso de las etiquetas electrónicas, que según Bernardo son muy útiles porque se controlan los precios desde el ordenador. Pero el avance más interesante es el robot que facilita el trabajo a los dependientes. Este mecanismo es capaz de almacenar entre 18.000 y 20.000 cajas de medicamentos dependiendo de su tamaño. A la vez que lleva al día un inventario de todas la existencias. Este artilugio, que ocupa buena parte del local, gestiona más de 300.000 cajas al año.

El problema viene cuando se va la luz, ya que sólo tiene media hora de autonomía y no hay forma de encontrar nada sin la máquina. Sin embargo, tanto los dependientes como los dueños están muy contentos con el sistema robotizado. En este sentido, Bernardo se muestra muy optimista porque al robot se le puede sacar "mucho partido con el sistema de venta cruzada", que consiste en aconsejarle al paciente qué productos -sin receta médica- puede llevarse para aliviar sus dolencias.

En las más de 87.600 horas que lleva abierta ininterrumpidamente la farmacia, Gabriel, uno de los más veteranos, cuenta que son muchas la anécdotas. Pero la más habitual es que, en medio de la noche, unos padres desesperados vengan en busca de un chupete con el que calmar a su bebé.

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