La Guardia Civil ha detenido a unas 10 personas en una operación que ha descubierto una trama delictiva con posible origen en la prisión de Alhaurín de la Torre (Málaga). Los delincuentes podrían haber operado desde la cárcel y estar vinculados a los dos funcionarios de la prisión detenidos hace unos días.
En esta intervención han sido detenidos un empresario de Torremolinos (Málaga) y varias personas con antecedentes penales. En la misma operación se ha imputado a un abogado de Estepona, ahora libre con cargos. Según informó ayer el diario Málaga Hoy, estos presos podrían haber recibido órdenes desde el interior de la prisión para traficar con drogas y practicar atracos.
El descubrimiento de la trama ha sido consecuencia de una investigación que se había abierto contra un grupo delictivo de la Costa del Sol. Fueron las escuchas telefónicas las que confirmaron la relación de algunos elementos de la banda con los dos funcionarios, al escucharse una conversación que demostraba que había conexión.
Asimismo, concretaron que el paso posterior fue un registro realizado por los agentes en la misma prisión el día 30 de enero donde se localizaron grandes sumas de dinero y tarjetas telefónicas y bancarias. Algunas de ellas estaban estrechamente relacionadas con los empleados arrestados, mientras que otros registros se hicieron dentro de las celdas de los reclusos por sorpresa.
En los días siguientes se han realizado cerca de una decena de detenciones, vinculadas supuestamente con el tráfico de drogas y robos con violencia, al parecer atracos. La Guardia Civil trabaja con la hipótesis de que con teléfonos móviles introducidos en la prisión provincial los presos se ponían en contacto con los delincuentes para cometer acciones delictivas.
Sobre los presos del interior se especulaba con la participación de un delincuente magrebí, aunque también se apuntaba a un grupo de ciudadanos italianos.
El origen de toda la operación podría arrancar en unos atracos perpetrados contra propietarios de joyerías de la Costa del Sol y por los que los delincuentes podrían haber obtenido grandes cantidades de dinero, aunque no ha trascendido el número de atracos o si la banda actuaba contra otros objetivos.
Los implicados podrían haber averiguado las matrículas de los coches de los joyeros y haberlos perseguido. Así, algún miembro de la banda sería el que se encargaba de dar la dirección del propietario a través de dichas matrículas. Las fuentes señalaron que la intervención se da por cerrada, aunque no se descarta que de la investigación surjan nuevas pistas.
Agentes del Instituto Armado detuvieron a finales de enero al primer funcionario, de 50 años, que desempeñaba su labor en el módulo 9. Según fuentes de la investigación, las pesquisas apuntan a que este arrestado habría introducido en la cárcel pequeñas cantidades de droga, alcohol y teléfonos móviles en el centro penitenciario, lo que habría motivado su detención por los presuntos delitos de cohecho y contra la salud pública.
Apenas una semana después, el uno de febrero, la Guardia Civil detuvo a un segundo funcionario de la prisión de Alhaurín de la Torre. En esta ocasión un hombre el arrestado fue un hombre de unos 45 años de edad, con unos 15 de experiencia en instituciones penitenciarias, que trabajaba en distintos módulos de la prisión malagueña, entre ellos el 9, el mismo del primer funcionario detenido a finales de enero.
El primer funcionario detenido pasó a disposición judicial, que decretó su ingreso en la prisión de Sevilla, en un módulo especial para miembros de Cuerpos de Seguridad del Estado.
