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Dime todo lo que quieras, pero hazlo por carta

el 29 sep 2011 / 20:44 h.

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Al margen de por carta, como mejor funciona Zoido es en la distancia corta, como el otro día con los vecinos de Nebli.

Mira por donde, al final va a resultar que Juan Ignacio Zoido es como nuestro particular San Pablo, sí, el mismo de los corintios. Porque nuestro alcalde se cayó del caballo de la judicatura cuando tuvo la revelación de la política, que abrazó con fe y entrega, y porque nos ha salido de un frenesí epistolar tal que si todos fuéramos así otro gallo le cantaría a Correos. Cuando hoy se cumplen 112 días de la era Zoido (lo bueno de formar tanto jaleo con los primeros 100 días de gobierno es que luego te permite seguir la cuenta con facilidad, hasta que te aburres), dos cosas de las hechas llaman la atención sobre las demás: la defenestración del recordado Plan Centro (que se resiste a morir y desaparecer así de nuestra memoria, el muy puñetero) y el gusto por escribir cartas, que si San Pablo se las mandaba a los suyos el alcalde las remite sobre todo al enemigo político, encarnado hoy en el Gobierno central (ya veremos después del 20-N) y sobre todo en la Junta de Andalucía (y ya veremos después de primavera).

Por ahora el presidente andaluz, José Antonio Griñán, ha sido que se sepa el feliz destinatario de al menos dos cartas, y lo que te rondaré morena: una con una larga lista de reproches de lo que la Junta le debe a Sevilla y otra a cuenta de la torre Pelli , preguntando si pagamos todos a escote si al final hay lío con la licencia. También que se sepa las respuestas han sido de viva voz, porque si hubieran sido por escrito ya tendríamos la copia en la mano, la primera vez diciéndole que es un exagerado (y ya de paso sugiriéndole que se deje de hacer política con Correos de intermediario) y la segunda reprochándole que no está bonito querer clavar a los demás en la cruz propia, que una cosa es echarle la culpa de todo al anterior gobierno municipal y otra invitar a la fiesta del despelleje a Junta y Gobierno. Vamos, que la licencia al rascacielos la dio el Ayuntamiento, así que cada uno en su casa y Dios en la de todos.

Esto de las cartas puede que sea un ramalazo de su vida anterior, del Zoido juez que redactaba sentencias y se aficionó a esto de escribir, vaya usted a saber. La diferencia es que San Pablo se hartó de escribir sobre el amor -de eso le suena a muchos, de la misa de las bodas- y Zoido amor, lo que se dice amor, no es que derrame mucho en sus misivas, las cosas como son. Lo que es curioso es que en tiempos de redes sociales y vidas digitalizadas, el alcalde haga este despliegue epistolar. No será servidor quien le niegue nobleza a este género, Dios me libre, pero queda pelín decimonónico. Lo único resultón es que después siempre se puede esgrimir en plan yo ya lo dije o mira lo que me han contestado, esto es escandaloso. Y claro, queda bien para esto de las refriegas políticas y para las fotos-denuncia con el papel en la mano.

Aunque si uno se para a pensarlo, tampoco es que chirríe tanto un Zoido dándole a las cartas, porque sí, mucho Twitter y mucho Facebook pero nuestro alcalde es de la escuela antigua, de los que recetan abrazos como mejor forma de hacer política y meterse a la gente en el bolsillo. Zoido difunde su fe política con visitas personales, con el cara a cara, con el saberse el nombre del de la asociación de vecinos o el del quiosco. Hay que verlo en esa distancia corta, en ese abrazo que te da cogiéndote por los codos o el antebrazo, haciéndote ver que te comprende, que conoce tus problemas y te los va a solucionar. La verdad es que lo borda y muchos han comprado al Zoido-buena persona, que le pregunten a PSOE e IU qué ocurrió el pasado 22 de mayo. Otra cosa es que ha prometido solucionar 700.000 problemas, tantos como habitantes tiene Sevilla, y se está encontrando con un problemilla de dinero para atender tanto compromiso. Y entonces se pone a mirar para atrás ("los de antes me han dejado la caja hecha unos zorros") y para adelante, pero para irse al escritorio y ponerse a escribir cartas. A la Junta, claro, y no, no son de amor.

Total, que así va cabalgando un Zoido que hoy tiene su segundo pleno como alcalde, el primero que no va a tener una decoración de piruletas y algodón de azúcar porque se anuncian las primeras protestas: que si los de los huertos urbanos por los recortes, que si la Policía Local por los dineros... No sé si les habrá mandado cartas, pero si lo ha hecho no les han convencido. Ya quedó escrito aquello de que "el que siembra con mezquindad, cosechará también con mezquindad; el que siembra en abundancia, cosechará también en abundancia". Lo dijo precisamente San Pablo, cómo no en una carta a los corintios. Zoido cosechó en abundancia votos, tantos como para aburrir, pero la de ahora es otra siembra ya muy distinta. A ver qué cosecha le sale.

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