El Nobel de Medicina James Watson, cuyas declaraciones racistas provocaron un revuelo mundial a mitad de mes, dimitió ayer del laboratorio americano en el que trabajaba desde hacía 40 años. "Estoy más cerca de los 80 que de los 79, y ya es hora de irme", dijo el científico.
El Instituto de investigación de Cold Spring Harbor, cerca de Nueva York, suspendió al investigador el pasado 19 de octubre, después de que declarara en una entrevista con el Sunday Times que los africanos no son tan inteligentes como los blancos. "Nuestras políticas sociales se fundan en el hecho de que su inteligencia es la misma que la nuestra (occidentales blancos), mientras que todas las investigaciones concluyen que en realidad no es así", afirmó Watson, padre de la estructura del ADN.
