Después de resistir tres semanas los embates del Gobierno argentino por negarse a habilitar el uso de reservas para pagar deudas soberanas, Martín Redrado renunció ayer a la presidencia del Banco Central, antes de que una comisión parlamentaria elevara un dictamen sobre su remoción.
El Gobierno, sin embargo, anunció que no aceptará la dimisión y afirmó que esperará "para hacer lo que deba" hasta el martes próximo, cuando la comisión bicameral aconseje a la presidenta argentina, Cristina Fernández, sobre la suerte que debe correr el economista.
En una sorpresiva rueda de prensa, Redrado anunció su renuncia al admitir que su ciclo "estaba concluido", después de más de cinco años en el cargo. En su despedida disparó duras críticas contra el Gobierno.
