En su segunda colección de prêt-à-porter para Dior, Raf Simons dio ayer definitivamente la vuelta al estilo barroco y desmesurado de su antecesor, John Galliano. Más acorde con los tiempos que corren, el diseñador belga reinterpretó los códigos de la maison para el próximo otoño-invierno imponiendo su estilo sobrio y elegante con un toque pop, vibrante homenaje a Andy Warhol. En una poética puesta en escena, los modelos, muy años 50, incluyen apliques directamente extraídos de los diseños del célebre artista norteamericano. Para crear la colección, Simons ha suscrito un acuerdo con la Fundación Warhol para poder reproducir obras diseñadas por el padre del pop-art. Aparecen bordados con cristales en un bolso, en un vestido de seda color crudo o en las botas, como si fueran joyas.
Al margen de esta concesión a la fantasía, el modisto belga apuesta por colores sobrios (mucho blanco y negro) y diseños clásicos (faldas de tubo o con vuelo por debajo de la rodilla, vestidos bustier) con materiales nuevos, como una seda metálica con reflejos. “Me ha gustado mucho, dan ganas de llevar estos vestidos”, comentó la supermodelo Natalia Vodianova, sentada en primera fila junto a su novio, Antoine Arnault, heredero de Louis Vuitton, imperio del lujo al que pertenece Dior.
Quien también ve el otoño-invierno 2013-2014 en blanco y negro es Alexander Wang. En su primera colección para Balenciaga, rindió el jueves homenaje al maestro vasco. Ayer, Roland Mouret presentó la nueva hornada de los sensuales vestidos que hacen las delicias de sus clientas. Por su lado, Issey Miyake apostó por un invierno en tecnicolor y con sentido del humor.
