El movimiento feminista lucha por la igualdad y el de las personas con discapacidad por eliminar barreras físicas y mentales. Pero las mujeres discapacitadas, el 58% del colectivo, padecen una doble discriminación olvidada en ambas reivindicaciones. Ahora contarán con plan de acción específico.
Los estereotipos de género unidos al exceso de proteccionismo vinculado a la discapacidad convierten a las más de 400.000 mujeres discapacitadas andaluzas en una parte de la población especialmente invisible. Un bajo nivel educativo -fruto en parte de ese proteccionismo familiar y de las dificultades de adaptación del sistema educativo- las deja sin oportunidades de acceso al mercado laboral (su tasa de paro supera en un 15% la de los hombres con discapacidad), básico para una integración real. Además, se da la paradoja de que muchas de ellas, al ser las que más tiempo permanecen en casas, llegado el momento pasan de ser cuidadas a cuidadoras, sin poder de decisión sobre su propia trayectoria vital.
La Junta aprobará de forma inminente el I Plan de Acción Integral para mujeres con discapacidad 2008-2013, un conjunto de medidas destinadas a luchar contra su doble discriminación que contará con un presupuesto de cuatro millones de euros anuales, según explicó el director de personas con discapacidad de la Consejería de Igualdad y Bienestar Social, Julio Coca.
El carácter integral del plan hace que en el mismo estén implicadas las Consejerías de Igualdad, Innovación, Salud, Educación, Empleo y Presidencia y su elaboración ha contado con las aportaciones del colectivo de personas con discapacidad -a través de la confederación Canf-Cocemfe- y los sindicatos mayoritarios.
Y es que las medidas más destacadas del documento van desde las campañas de formación y sensibilización hasta la adaptación de las consultas ginecológicas. También se crearán servicios de atención psicológica especializados en género y discapacidad o grupos de autoayuda y acuerdos con la RTVA para fomentar la mayor presencia mediática del colectivo y la eliminación de imágenes estereotipadas.
Imagen, derechos y autonomía. Las medidas del plan se articulan en torno a tres ejes fundamentales: erradicar los estereotipos de género y discapacidad, asegurar el cumplimiento de los derechos de ciudadanía para las mujeres discapacitadas y fomentar su autonomía económica y su participación en la toma de decisiones.
En cuanto a la imagen, la mayoría de las medidas se centran en campañas de formación y sensibilización tanto para las propias protagonistas y sus familiares, con grupos de autoayuda y servicios de atención psicológica especializados, como para los profesionales que trabajan directamente con ellas.
Garantizar los derechos de ciudadanía pasa por la integración educativa, la adecuación de asistencia sanitaria en servicios específicamente femeninos (donde se hará una especial labor de sensibilización de los médicos contra los prejuicios sobre la maternidad de estas mujeres), atención jurídica y asistencia en casos de violencia de género. Desde Canf-Cocemfe señalan que no son infrecuentes los casos de mujeres que padecen una discapacidad como consecuencia de agresiones de sus parejas o cuyos hijos nacen con algún problema por haber sido víctimas de la violencia durante el embarazo.
En cuanto a la autonomía económica y la participación social, ya que son muchas las que dependen de pensiones asistenciales y de nuevo el proteccionismo familiar las deja sumidas en una especie de infancia permanente, algunas medidas están intrincadas en el plan de empleabilidad para personas con discapacidad, aunque la paridad o la discriminación positiva no se ha planteado en el 5% de plazas de empleo público reservadas.