El fútbol seguirá en permanente discusión mientras las jugadas se presten a ello. Estos días se sigue hablando del asistente Fermín y ese balón que ¿entró? en el partido ante el Real Madrid de la ida copera. Cuando se espera para pasado mañana la vuelta en Chamartín, otra vez la discusión aparece con otro asistente desautorizado por el colegiado Ayza Gámez en la jugada del empate del Sevilla ante el Deportivo en Riazor.
Eterna discusión futbolística. Ahora bien, esa problemática arbitral no debe tapar la preocupación por el juego y, especialmente, por la debilidad del sistema defensivo que ofrece, una jornada sí y otra también, el Sevilla de Manzano.
Presente. El fútbol actual, por su calendario, sólo tiene presente. El Sevilla lo aparca todo para pensar en el miércoles copero ante el Real Madrid. Mal resultado de la ida y ausencia de su capitán Palop, por su tarjeta roja de La Coruña. En el Real Madrid hay ganas de revancha y esperanza en una final ante el FC Barcelona.
El Sevilla debe saber que en su potencial atacante tiene su única baza. Hoy por hoy, siendo sincero y objetivo, el equipo de Manzano, si le fallan los de arriba, no puede pensar que la manta tapará su debilidad defensiva. Los números y los reiterados fallos son concluyentes y significativos. Confiemos en Kanouté, Jesús Navas y Luis Fabiano y en que Cristiano Ronaldo no tenga su noche.
Inquietud. La preocupación ronda la casa verdiblanca. Dos derrotas consecutivas, en Villarreal y Granada, ésta contundente (3-0), son sus motivos. El equipo ha perdido esa chispa y garantía de victoria que tenía hasta las Navidades y sus rivales se han echado encima con rabia. El colchón de puntos ha desaparecido.
En estos momentos sólo la serenidad y la recuperación de jugadores clave deben ser los motivos de preocupación. Queda mucha Liga, nada menos que 20 partidos, y el Betis ha demostrado que tiene plantilla para ascender. Debe pensar que perder un par de partidos -análisis exhaustivo y preocupación aparte- entra dentro de lo que ocurre en la competición. Recuperar hombres y moral para volver a las sendas de las victorias es el motivo de preocupación que debe estar presente en la casa verdiblanca.
