La Virgen de la Purísima Concepción, en 2004.
¿Por qué se oponen las religiosas de San José de Cluny a que salga el palio de la Purísima Concepción de Alcosa desde la iglesia de la Beata Madre Ana María? ¿Se ha precipitado la hermandad al realizar un paso de palio sin ponerlo previamente en conocimiento de las dueñas del templo? ¿Se verá obligada la cofradía a salir desde una carpa el próximo Sábado de Pasión?La negativa de la congregación de religiosas de San José de Cluny a que salga de su sede el nuevo paso de palio de la hermandad del Divino Perdón mantiene en vilo al barrio del Parque Alcosa.
Sus vecinos, contrariados, se preguntan qué ha podido pasar en los últimos meses para que la relación entre las monjas y la cofradía de penitencia del barrio se haya deteriorado tanto después de 16 años de convivencia mutua.
Lo cierto es que mientras que Palacio impone a las partes máxima discreción en este asunto, la divulgación de la noticia de la prohibición a la salida del palio no ha hecho más que enconar la situación y desatar un enfrentamiento entre aquellos vecinos que señalan a las religiosas como las culpables de todos los males y los que censuran el comportamiento desleal de la hermandad.
A pesar de los insultos y las amenazas de las que han sido objeto a través de internet, las cuatro monjas que integran la congregación de San José de Cluny en la barriada de Alcosa aseguran sentirse "tranquilas", aunque "extrañadas" por la postura de la hermandad que, pasando por encima de las recomendaciones de la autoridad eclesiástica, decidieron "utilizar" la noticia como instrumento de presión contra las religiosas.
Aunque sus posturas están muy alejadas de las pretensiones de la hermandad, ni la superiora de la comunidad, la madre María Henar, ni el párroco de Alcosa, Honorato Garrán, desean pronunciarse sobre este delicado asunto sin la autorización de la autoridad eclesiástica.
No obstante, el párroco, leonés de cuna, deja un par de reflexiones envenenadas en el aire sin destinatario fijo. "Acepto que los sevillanos tengan ese ansia por las hermandades, pero ser cristiano es otra cosa. No se pueden denominar creyentes si no son practicantes, y hay quien sólo pisa la iglesia cuando toca el rito de las hermandades. Eso de que la iglesia la llenan las hermandades es mentira, la llenan los feligreses y parroquianos de Alcosa".
Garrán recuerda que ya cuando se hizo la Virgen de la Purísima Concepción advirtió a la hermandad de que "meter otra Virgen en el parque Alcosa -la primigenia es la Virgen de los Desamparados- iba a crear una especie de división en el barrio. No me hicieron caso".
A la vista de las heridas abiertas tras el enfrentamiento entre la hermandad y la comunidad de religiosas, al párroco sólo se le ocurren dos salidas a la situación: "O que hagan una capilla independiente, ya que tanto dinero tienen para hacer un palio, o que se fusionen con la otra hermandad del barrio, la de los Desamparados".
El vecindario está dividido. La mayoría no comparte que se arrogue a las monjas el papel exclusivo de malas de la película, aunque también los hay que reclaman de las religiosas que otorguen su divino perdón a la hermandad y recapaciten su decisión.
Mientras tanto, la junta de gobierno de la hermandad prepara las maletas para celebrar por vez primera los cultos de diciembre a la dolorosa en la parroquia de los Desamparados.
El divorcio entre la hermandad y las monjas podría obligar a la cofradía a salir el Sábado de Pasión desde una carpa.