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División de opiniones a favor y en contra de los bazares asiáticos en Sevilla

Los de aquí o los de allí. La caja de Pandora -léase de los piques empresariales- sobre el sí al comercio tradicional, al importado de los países asiáticos o a la mezcla de ambos se ha abierto, y de qué manera.

el 15 sep 2009 / 08:49 h.

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S. Ruiz / N. J.

Los de aquí o los de allí. La caja de Pandora -léase de los piques empresariales- sobre el sí al comercio tradicional, al importado de los países asiáticos o a la mezcla de ambos se ha abierto, y de qué manera. Raro es el barrio céntrico o periférico de la ciudad que no tiene uno de los negocios, conocidos antes de la entrada del euro como Todo a Cien pesetas, regentado por personal procedente del lejano oriente.

Los comerciantes consideran que este tipo de bazares (con horarios de apertura muy flexibles, sin un calendario de festivos, que venden todo tipo de artículos y con unas condiciones laborales inferiores a las exigidas) hacen mucho daño al comercio tradicional y que el control de las administraciones es casi nulo.

Pero en la calle hay opiniones para todos los gustos y compradores que varían en sus declaraciones según el horario. La tónica general es la siguiente: los picos de ventas en estos comercios se producen al mediodía, sobre las 14.30 horas, y por la noche alrededor de las 21.00 horas. Como explica Mai Suzuki, de 25 años, y que ayuda a sus padres cuando sale de la facultad, "Nuestras tiendas suponen un desavío para los sevillanos que a ciertas horas ya no encuentran en otro lugar lo que necesitan", apunta Suzuki.

Aunque la ley de la oferta y la demanda permite organizar, de alguna manera, la base económica de las Pymes, las asociaciones de comerciantes en los distritos establecen los horarios para que todas tengan las mismas oportunidades en términos de ventas.

Pero, ¿todos lo cumplen? Son las 8.30 horas de la mañana y la calle Pagés del Corro, en Triana, se despierta con el ajetreo normal de esta zona comercial. Quince pequeñas tiendas abren al mismo tiempo, cinco son bazares situados en los extremos y centro de la misma. Mario Piñero se asoma a la puerta de la tienda Xiun y pregunta por el precio de unas pilas para su Mp3. Sale al instante porque no lleva dinero suficiente. "Después vuelvo cuando salga de clase sobre las 14.30 horas".

Otra cosa es que los compradores potenciales, a sabiendas que el horario del cierre se incumple en algunos comercios, hagan caso omiso a las peticiones de los comerciantes sevillanos que se encuentran en los alrededores. "No podemos exigir nada a los consumidores porque ellos, al fin y al cabo, buscan lo mejor para su bolsillo. Pero la Admistración debería regular los horarios. Ellos ganan más pero entonces que paguen más impuestos, ¿no?", apostilla Alejandro Martínez, propietario de una papelería en la misma calle Pagés del Corro.

El debate está servido. Por un lado están los que a caballo regalado le miran el diente y desconfían de la calidad de los productos que ofertan por su precio reducido como María Dolores Calera. "Se compra más barato sin garantías". Por otro lado, se encuentran los que se amparan "en la libertad del empresario para hacer una fuerte competencia", señala el abogado, Manuel Fuengureta.

Un botón de muestra: la Junta realizó el pasado año, en toda Andalucía, 80 inspecciones en comercios para certificar que se cumplían los horarios, una cantidad ínfima en comparación con el número de comercios abiertos en toda la comunidad. En total, en 2007 se abrieron 71 expedientes sancionadores.

En lo que va de año, la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte ha inspeccionado 40 establecimientos en la región, lo que se ha traducido, por ahora, en 13 expedientes sancionadores, según fuentes consultadas.

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