Lo que era un secreto a voces desde hace días ha acabado por confirmarse. Carmen Martínez-Bordiú y José Campos se divorcian. El santanderino ha confirmado la noticia en una entrevista exclusiva que publica esta semana la revista ¡Hola! “Mi matrimonio con Carmen está totalmente roto”, afirma Campos. El tercer marido de la nieta mayor de Franco explica que en Navidades Carmen le confesó que tenía “una nueva ilusión” y que ya no se sentía feliz con él. “Cuando Carmen me cuenta que hay una tercera persona, todo se acaba. Me pidió que abandonase la casa, que me llevara mis perros y me fuera”, comenta Campos. Lo cierto es que Martínez-Bordiú ha desaparecido de Santander y se la ha fotografiado con su nuevo amor, el empresario chatarrero Luis Miguel Rodríguez, al que ya ha presentado a su familia.
La nietísima pone así fin a siete años de matrimonio, durante los cuales han sido constantes los rumores de crisis sentimental. La pista de la posible crisis en el matrimonio la dio en primicia Raquel Bollo en Sálvame, tal y como informa eldiariomontanes.es, al revelar Carmen que había pasado el fin de semana en la Aldea del Rocío junto a varios amigos con un empresario que estaría en la cincuentena y que en Andalucía es conocido como el rey de la chatarra.
Luis Miguel Rodríguez está separado pero no divorciado y posee una inmensa fortuna. Como dato curioso, en Sálvame se afirmó que es un fan de Francisco Franco y que en su finca tiene una gran estatua ecuestre del Generalísimo, que sería ni más ni menos que la que se retiró de Nuevos Ministerios en Madrid. Tal y como cuenta José Campos en ¡Hola!, la amistad de su hasta ahora mujer con el chatarrero viene fraguándose desde el mes de septiembre. “El 23 de diciembre sentí algo raro y le pregunté. Ella, al principio, no quería hablar, quizá porque sabía que me iba a hacer daño. Pero finalmente me confiesa que tiene una nueva ilusión y que conmigo ya no tiene esa felicidad”, confiesa el empresario. “No me lo esperaba para nada. No había discusiones ni peleas, no había crisis”, añade. A pesar de la infidelidad, no se muestra nada rencoroso y admite que sigue igual de enamorado. “Por Carmen hubiera dado mi vida y la seguiría dando”, dice.
Respecto al divorcio, prevé que no va a ser difícil. “Lo poco que tenía me lo he gastado en ella. No le voy a pedir una indemnización millonaria porque yo no soy así. Voy a ceder en todo lo que me pida. No quiero aprovecharme económicamente de ella porque nunca lo he hecho”, dice Campos, quien asegura estar “desconcertado, descolocado, destrozado... No me esperaba este final. Me siento como si me hubiesen dado un mazazo”.
