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Djokovic frena el vendaval Tsonga para conquistar su primer Grande

Novak Djokovic se convirtió ayer en el primer serbio que gana un torneo del Grand Slam, al vencer en la final del Abierto de Australia al francés Jo-Wilfried Tsonga por 4-6, 6-4, 6-3 y 7-6 (2) (Foto: Efe)

el 14 sep 2009 / 23:18 h.

Novak Djokovic se convirtió ayer en el primer serbio que gana un torneo del Grand Slam, al vencer en la final del Abierto de Australia al francés Jo-Wilfried Tsonga por 4-6, 6-4, 6-3 y 7-6 (2). Acalambrado desde el comienzo del tercer set, y tras recibir masaje en el muslo izquierdo, Djokovic fue capaz de sacar el partido adelante, y alzar los brazos después de tres horas y seis minutos de lucha.

Un triunfo que le sirve para mantenerse tercero del mundo, recortar diferencias y situarse con 5.165 puntos en la lista mundial, a 815 de Rafael Nadal y a 1.465 del suizo Roger Federer. Tsonga luchó con una solidez impropia de su primera final de un Grand Slam. No logró la victoria, pero al ganar un set impidió que Djokovic acabase el torneo imbatido, y que se diera la posibilidad de que tanto la ganadora femenina, la rusa Maria Sharapova, como el ganador masculino coincidieran en su triunfo sin ceder un parcial, hecho que todavía no ha sucedido en toda la historia del Grand Slam.

En su primera cita con la historia Tsonga salió algo aturdido. Entró a la pista dando saltos, casi bailando, y se dio cuenta de que tenía el pantalón corto desatado cuando el juez árbitro de la contienda, el portugués Carlos Ramos, lanzaba la moneda al aire para determinar el saque. Tsonga, el último de los 16 franceses que entraron en el cuadro, jugó un gran encuentro, logró 15 saques directos y acabó el torneo con 100, el más efectivo en este aspecto de todos los competidores (Federer fue segundo con 91), pero no supo aprovechar un punto de rotura en el undécimo juego del cuarto set y luego se desmoronó en el desempate al cometer su segunda doble falta. Finalmente no peleó ni se centró en el primero de los cuatro puntos de partido que Nole dispuso y envió su derecha fuera. Djokovic caía de rodillas sobre el letrero de Melbourne, en señal de victoria. Francia tendrá que esperar a tener un campeón del Grand Slam. Desde que comenzó la Era Open, sólo Yannick Noah, en Roland Garros 1983, logró uno de estos grandes, a pesar de que otros cinco lo han intentado con resultados adversos. Jean Borotra triunfó aquí, pero en 1928.

Lo que el español Rafael Nadal no pudo hacer lo consiguió Djokovic. El serbio, algo desangelado al principio, aguantó el tremendo vendaval de Tsonga en el primer parcial, donde la velocidad de bola del francés y su tremenda pegada cuando se encuentra sólidamente situado en la pista le hace invencible.

Aunque hubo dos roturas por cada bando de entrada, Tsonga logró la definitiva en este primer parcial en el décimo juego, con dos golpes geniales, un tiro de revés y un magistral globo tras cazar un remate de Djokovic en la red. Pero Djokovic no se desanimó y demostró que está hecho de una pasta especial, dotado con un garra de campeones, y a la hora y 15 minutos ya logró la rotura en el segundo set (4-3) que le abriría las puertas del triunfo. Nole comenzó a jugar de forma más inteligente, con golpes más cortados y profundos, para que Ali no pudiera golpearle. Dos roturas en el 2-1 y 6-3 respectivamente le lanzaron a la victoria en el tercero, que luego ratificó en el cuarto, en un primoroso desempate en el que siempre fue por delante.

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