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Djokovic podría arrebatar el número uno a Nadal en Roma

Tras la derrota del balear en la final del Masters de Madrid ante el serbio, esta semana ya está en juego la supremacía del tenis mundial entre Nole y Rafa. Para ello debe ganar el torneo y esperar que el de Manacor no alcance las semifinales.

el 09 may 2011 / 22:00 h.

El serbio Novak Djokovic inicia su participación en el Torneo de Roma al asalto del número uno en la clasificación ATP del español Rafa Nadal, al que derrotó este domingo en la final de Madrid.

Tras ganar los seis torneos que ha disputado en 2011, el balcánico tiene la oportunidad, por primera vez, de instalarse en el liderato y arrebatárselo al zurdo balear, que vio truncada su racha en tierra batida.Si Djokovic gana su séptimo torneo consecutivo y Nadal, defensor del título en la capital italiana, cae antes de semifinales, el serbio pasará a ser el número uno del mundo.No obstante, podría conseguirlo luego en Roland Garros. De hecho, Nadal, tras perder ante Djokovic en Madrid, aseguró que el número uno estaba "finiquitado".

A día de hoy, la diferencia de puntos es de 1.805 en una lista en la que Nicolás Almagro pierde un puesto y es décimo y Albert Montañés sufre una fuerte caída, pierde doce posiciones y baja al 38.Para Djokovic el hecho de coronarse número uno del mundo no parece trascendental. "Si me mantengo ganando, me acercaré, pero trato de no pensar mucho en eso", comentó.

La respuesta de Nadal debería de ser contundente. En Roma no habrá la altitud de Madrid, que supuestamente beneficia al serbio, y el de Manacor vuelve en la capital italiana a los baremos de velocidad de bola similares a Barcelona y Montecarlo, donde se desenvuelve con más precisión.

"Lo mejor está por llegar", dijo Nadal con su habitual coraje, pero lo cierto es que la inyección de moral de Djokovic tras ganar por primera vez en tierra al rey de esta superficie, y en su casa, le hará ahora más fuerte.

Con una marca de 32-0 esta temporada, 34-0 si se suman las dos últimas victorias de la final de la Copa Davis en el 2010, Djokovic parece ahora indestructible, y más maduro como persona, como él mismo explicó en Madrid.

Si Djokovic logra ese primer objetivo -el otro es ganar por primera vez Roland Garros- el de Belgrado se convertiría en el primer jugador después de Federer y Nadal en ocupar el primer puesto de la lista desde que el estadounidense Andy Roddick logró esa posición, durante 13 semanas, antes de que el de Basilea se la arrebatase el 2 de febrero de 2004.

La lucha por la posición de número uno parece que no preocupa en demasía a ambos, pero está más en manos de Nadal defenderla que de Djokovic ganarla. El serbio sabe que en algún momento alguien le detendrá en su racha de victorias, pero juega con el tiempo y la gran defensa de puntos de Nadal (ganador de Roma, Roland Garros, Wimbledon y Abierto de Estados Unidos) como aliados.

En el Foro Itálico, además, Nadal tiene potenciales rivales muy peligrosos. Uno de ellos el brasileño Thomaz Bellucci, sorprendente semifinalista en Madrid, y que en esa ronda dominó set y medio al propio Djokovic. David Ferrer también figura por la misma parte del cuadro de Nadal, quien ahora solo piensa en recomponerse, estudiar qué ha fallado, y encontrar soluciones.

"Mi nivel no es bajo, el de él es altísimo", reconoció Nadal, que calificó a Djokovic de "monstruo".

Para Nadal esta situación no es nueva. También pasó por momentos delicados cuando perdió el puesto de número uno del mundo el seis de julio del 2009. Una grave lesión que le impidió jugar en la Catedral levantó todas las dudas del mundo sobre su vuelta, y sin embargo, no solo lo recuperó, sino que firmó en el 2010 una campaña histórica al convertirse en el primer jugador en ganar los tres Masters 1.000 que preceden a París, luego su quinto Roland Garros, su segundo Wimbledon y el primer Abierto de Estados Unidos.

"Hay que ver qué se puede mejorar, qué es lo que se ha hecho bien y mal. Hay que tener la actitud necesaria y la cabeza fría, y abierta para analizar las cosas y buscar soluciones", dijo, "no creo que las cosas cambien por sí solas, las tienes que hacer cambiar y yo voy a hacer lo posible por cambiarlas". Toda una declaración de intenciones.

 

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