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La cuarta sesión de debate de la Iniciativa Sevilla Abierta planteó anoche posibilidades para profundizar en la igualdad de oportunidades y en el crecimiento empresarial con la innovación y la originalidad como hechos diferenciales.

el 25 feb 2014 / 10:24 h.

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francisco-ortiz-SA Francisco Ortiz fue uno de los protagonistas anoche la cuarta sesión de Iniciativa Sevilla Abierta. / pepo herrera Continuó anoche en la Sala La Fundición el ciclo de conferencias promovidas por la Asociación Iniciativa Sevilla Abierta en las que se plantean posibilidades para la ciudad del futuro. Bajo el epígrafe Propuestas para una Sevilla con meritocracia e igualdad de oportunidades, Francisco Ortiz, presidente de la empresa Xtraice, y emprendedor;y Rafael Fernández Chacón, profesor de Fisiología en la Hispalense e investigador plantearon dos ponencias muy espontáneas y cordiales en las que fueron desgranando, más que hipótesis, consejos para quienes hoy se forman y habrán de con struir la Sevilla futura. Todo ello lo hicieron con la moderación del profesor de Organización de Empresas de la Universidad de Sevilla, Rafael Salgueiro. Ortiz, como todos sus antecesores en el uso de la palabra en este foro, partió de una afirmación:«Hay que entender que la igualdad de oportunidades se encuentra en el mundo global, no sólo en Sevilla». Criado en el humilde barrio de Los Pajaritos, este empresario de éxito confesó que toda su carrera la ha labrado bajo la premisa de «hacer las cosas de manera diferente». Quizás por ello su empresa se ha erigido en líder en la fabricación y venta de pistas sintéticas para patinaje sobre hielo. Ortiz, que dedica parte de su tiempo de modo altruista a acudir a centros educativos para inculcar a jóvenes de Secundaria consejos sobre cómo pueden abrirse camino en el mundo liberándose de miedos y complejos, identificó cinco claves para ser un buen competidor. En primer lugar, «entender que el presente es Internet»:«De 7.150 millones de humanos, 2.400 ya son internautas», dijo para añadir luego una tajante y polémica afirmación. «No estar en Internet ya es una exclusión social; un chaval de 15 años que no tenga Whatsapp en el móvil es un excluido socialmente». Por eso, consideró, «en las barriadas donde existe un menor poder adquisitivo debería haber acceso gratuito a la red, porque si no, en estos ámbitos, en lugar de una brecha social, habrá un abismo social». Otro aspecto primordial es el dominio del inglés «porque vivimos en un mundo que habla inglés, y quien no lo hace no sólo es un analfabeto, es también un sordomudo». Existen 560 millones de páginas web en inglés frente a 160 en castellano, «por lo que dominar esta lengua es vital». Casi tanto como «tener iniciativa, algo complicado en una tierra en la que no estamos acostumbrados a ella».«Los emprendedores sevillanos tienen más miedos que otros y han de vérselas con dos expresiones que son como un cáncer: ten cuidado y te lo dije». Algo que refrenda el hecho de que, según un reciente estudio, el 15% de los españoles cree que su vida no depende de sí mismos, sino de factores externos. Ortiz bromeó recordando cuánto se asustó cuando su empresa le hizo indefinido:«Yo quería hacer mi vida, escribir mi propio libro, no que viniera ya dictado», señaló. La independencia será otra de las claves que permiten al competidor serlo aún más, una independencia que hay que ensayar desde muy jóvenes:«Aquí los papás van por delante de sus hijos barriendo los obstáculos, en países como Alemania los padres van detrás de sus hijos, por si acaso pueden echarles una mano», matizó el empresario, quien en último término planteó la necesidad de resultar innovador. «Hay que hacer las cosas de manera diferente a los demás. No tenemos que ser los mejores porque eso nos defraudaría, porque siempre va a haber alguien que lo haga mejor», sentenció. «Pero sí hay que ser originales, y animar a hacer las cosas de diferente manera, entendiendo que innovar no es sólo un término referido a centrales nucleares y laboratorios de bioquímica, innovar se puede hacer con una patata frita», explicó poniendo después como ejemplo el alumbramiento de la espiropapa, un curioso invento, erigido en franquicia, que ha triunfado en EEUU y que tímidamente comienza a introducirse en España, basado en la venta ambulante de patatas fritas con salsa y condimentos y servidas ensartadas en un pincho de madera.  

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