Las muertes de dos linces ibéricos en Doñana, registradas la pasada semana en menos de 24 horas, han supuesto la pérdida del 10% de las hembras reproductoras de la población de este felino que sobrevive en el espacio natural. Las dos hembras fallecidas son Centaurea y Bruma, de cuatro y tres años, respectivamente, según informaciones no oficiales, porque la Consejería de Medio Ambiente no ha querido concretar ni la causa, ni la identidad ni la localización de ambas muertes.
Las hembras se encontraban en aparente buen estado de salud y habían parido esta primavera sendas camadas, por lo que estaban consideradas como muy valiosas para el futuro de la población de este felino en Doñana. Ahora hay 51 linces, 19 de ellos hembras territoriales y 18 cachorros, informa Efe.
La consejera de Medio Ambiente, Cinta Castillo, dijo ayer en Huelva que los resultados de la autopsia y analíticas realizadas a las hembras "descartan causas violentas o un virus" en la muerte. Castillo señaló que la primera lince, seguramente, murió por una indigestión al comerse dos conejos. De la otra lince no se han dado detalles.
