El frente más urgente en el que hay que actuar es el de los recursos hídricos, dentro de una tendencia general que se ha llevado por delante el 60% de los humedales españoles en los últimos 50 años. "Doñana está en la UVI" porque se han perdido 16 metros en el nivel del principal acuífero que la alimenta, en la zona norte, por el exceso de pozos ilegales -unos mil, según datos oficiales- y la creciente desertificación del suelo. A ello se suma que el 30% de los 110 kilómetros de arroyos de la zona están ocupados por actividades agrícolas y que el 80% de la red hídrica está "en mal estado" -lo afirma la Confederación del Guadalquivir-. Doñana sólo recibe el 20% de los aportes que necesita para mantener su paraje, su flora y su fauna. A ello se suman, añade WWF, las más de 3.000 hectáreas de cultivos ilegales, roturados en montes públicos, de las que casi 600 han machacado "zonas forestales de especial protección", en las que el cambio de uso de suelo es ilegal. Un suelo que, además, se degrada "notablemente" porque se han arrancado 300 hectáreas de viñedo tradicional de secano, la antesala del desierto en la marisma.
WWF propone como solución que se culmine la reordenación del espacio agrícola, se desarrolle el plan de recuperación del estuario, se amplíe la superficie protegida, se apruebe un plan de conectividad de los espacios naturales y un programa de restauración hidrológica, así como la protección del litoral.
Ayer se supo la muerte de una nueva hembra de lince en Doñana, hallada en Villamanrique de la Condesa (Sevilla). Estepa, de dos años, fue localizada gracias al collar transmisor. La autopsia aclarará cómo murió.