Cultura

¿Dónde está el cadáver de Lorca?

El periodista e investigador, Fernando Guijarro, dice que el cadáver del poeta Federico García Lorca no está enterrado en el barranco de Víznar, por eso la familia del escritor andaluz no quiere que se exhume el cadáver, para que no se desvele este hecho y la gente deje de ir a visitarlo.

el 14 sep 2009 / 20:07 h.

El periodista e investigador, Fernando Guijarro, explica la negativa de la familia del poeta Federico García Lorca a que se exhume su cadáver enterrado en el barranco de Víznar, después de ser fusilado en 1936, "sencillamente porque el cadáver del poeta ya no está allí".

Guijarro, escribe en la página web de literatura "Letralia" que "a todos nos ha extrañado últimamente la insistencia de la familia García Lorca en que no se toque el lugar donde fue enterrado el magnífico escritor (...) han sido miles los seguidores de Federico que han visitado aquel punto, queriendo darle un último homenaje personal, sin embargo, la única explicación a esa insistencia es muy sencilla: el cadáver del poeta ya no está allí.

Guijarro, dedicado en los últimos años a investigar el tema, señala que "el rumor lleva tiempo corriendo entre el pueblo llano de la Vega de Granada, he recogido no menos de seis testimonios personales que así lo aseguran".

El periodista, que denuncia "un muro de silencio que es hora de romper" sobre todo cuando España está dando pasos en la "recuperación de la memoria histórica", da nombre y apellidos de aquellos interesados en que las cosas "sigan como están".

"Lo sorprendente -señala- es que sobre ésta, la más mundialmente conocida de las víctimas de la Guerra Civil española, algunos pretenden mantener el secreto" y acusa "concretamente, a varios familiares del poeta, que están recibiendo además los grandes beneficios económicos de su obra".

"Es hora de decirlo: la familia de Federico García Lorca, deshechos de dolor por su trágica muerte que nada podía justificar, desenterró el cadáver del poeta dos días después de su trágica muerte en agosto de 1936, para trasladarlo a la finca que sigue siendo propiedad familiar, la Huerta de San Vicente, donde está enterrado aún", dice Guijarro.

"Pero sobre el hecho del desentierro, los militares franquistas sublevados contra la República impusieron un secreto que aún dura", añade.

El "muro de silencio que existe en torno a los restos de García Lorca "ha sido fomentado, además, por un grupo de personas que existe en Granada y llevan años funcionando en la sombra con tácticas heredadas de la militancia comunista, que en la actualidad utilizan aún para beneficio propio".

Guijarro culpa a lo que denomina "mafia" la creación del muro de silencio que "prácticamente se han convertido en únicos receptores de las distintas subvenciones que esa entidad concede a los autores literarios y entidades culturales para organizar actos, cursillos y demás honores públicos".

Las razones para que no se desentierre el cadáver por parte de la familia las califica Guijarro de "poco claras y sin la debida solidez" ya que se enmarcan en "razones estéticas, metafóricas, la belleza del escenario y similares, pero nunca han dado una respuesta clara ni una razón poderosa que excluya esa solución, que parece lógica si se tiene alguna duda de si el cadáver está o no en dicho lugar".

Según sus investigaciones, que probablemente se plasmarán en un libro, "la familia pagó 300.000 pesetas de la época por recuperar el cadáver que podría estar enterrado en la Huerta de San Vicente, finca familiar, porque en el verano de 1936 los franquistas en Granada estaban realmente apurados por conseguir dinero, ya que estuvieron un mes aislados del resto de las zonas sublevadas, como indica Manuel Titos en su obra "Verano del 36 en Granada".

Tres personas fueron fusiladas y enterradas con García Lorca: el maestro de Pulianas (Granada), Dióscoro Galindo, a quien le faltaba una pierna, y los banderilleros Joaquín Arcollas Cabezas y Francisco Galadí Melgar, cuyos familiares "quieren recuperar sus cuerpos, y darles una sepultura digna, no dejarlos allí tirados en el monte por lo que presentaron una solicitud legal para abrir la fosa donde estaban enterrados todos los cuerpos, pero la Junta de Andalucía respaldó la negativa de los herederos de Federico García Lorca".

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