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¿Dónde está la llave?

El tema podía ser tratado en un reportaje de Iker Jiménez en Cuarto Milenio. Dos meses después de la inauguración del Templete de la Cruz del Campo, enclavado en la avenida de Luis Montoto, nadie sabe dónde está la llave que da acceso al remozado monumento. La enigmática desaparición ha sido denunciada por los vecinos del entorno. (Foto: Javier Cuesta)

el 15 sep 2009 / 05:18 h.

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El tema podía ser tratado en un reportaje de Iker Jiménez en Cuarto Milenio. Dos meses después de la inauguración del Templete de la Cruz del Campo, enclavado en la avenida de Luis Montoto, nadie sabe dónde está la llave que da acceso al remozado monumento. La enigmática desaparición ha sido denunciada por los vecinos del entorno que, durante este tiempo, han sido testigos de la aparición de hierbas y hojarascas en las escalinatas, pues los servicios de limpieza no pueden acceder a su interior. Los vecinos no están dispuestos a que nuevamente se repita la historia de olvido tras la última restauración.

El lunes se cumplen dos meses desde que el cardenal, en presencia del alcalde y el presidente de Heineken España, le infundiera toda clase de bendiciones al remozado Templete de la Cruz del Campo, catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC). Desde entonces, según los vecinos, "nadie se ha preocupado por mantenerlo limpio". En su opinión, la razón de este olvido no es otra que la pérdida de la llave del cancel que lo delimita, lo que impide la entrada de los servicios de limpieza. Miguel Cáceres, presidente de la Asociación Vecinal Huerta de Santa Teresa, en el barrio de Nervión, relata lo sucedido: "Hemos contactado con el Distrito Santa Justa-SanPablo para pedirle que vengan a sanear la zona. La respuesta que recibimos es siempre la misma: estamos localizando a la persona que tiene la llave del cancel".

La contestación no termina de convencer a los vecinos que ya han vivido una situación similar el mismo día de la inauguración, el pasado 26 de marzo. Ese mismo día, por la mañana, los vecinos afirman que un grupo de operarios que preparaba la ceremonia de la tarde se vio obligado a romper el candado de la reja porque, ya entonces, no aparecía la llave. Ahora podría repetirse la misma situación. Ante ello, los residentes reclaman "un mayor cuidado" para el templete: "No sólo es hacer la restauración, sino también mantenerla después", critica el portavoz vecinal que, además, denuncia la aparición de suciedad, restos de hojas e, incluso, el abandono de dos de los cajones empleados en la ceremonia inaugural y que ahora ocupan parte de la escalinata lateral del humilladero. "No queremos que esto se convierta en una escombrera", remacha una de las camareras del cercano bar El Templete.

Los vecinos confiesan que no les importa hacerse cargo del mantenimiento del Templete de la Cruz del Campo, o bien que les entreguen una llave para abrirle a los operarios de Lipasam. La última palabra la tiene el distrito, del que los vecinos esperan una respuesta sobre la llave.

Desde la Fundación Cruzcampo, encargada de los trabajos de restauración junto con el Ayuntamiento, califican de "surrealista" la situación. "No sabíamos nada. ¿De verdad? Como cualquier sevillano nos gustaría que estuviera limpio. Pero, vamos, el problema se soluciona fácilmente. Es tan sencillo como llamar a un cerrajero y ponerle un candado nuevo", sentenciaba ayer Julio Cuesta, director de la citada fundación, tras conocer la noticia. Este periódico intentó ponerse en contacto con el distrito, pero no obtuvo respuesta alguna.

Secuelas del vandalismo. La pérdida de la llave no es lo único que denuncian los vecinos del entorno del viejo humilladero. Hasta nueve de las decenas de puntas de lanza que rematan la reja de acceso al templete han desaparecido. Aseguran que son los efectos del vandalismo que azota la calle Pedro León, próxima al monumento. "Los jóvenes -relatan los residentes- se concentran en un parque infantil cercano. Allí las motos circulan por la acera con total impunidad". A la espera de que aparezca la dichosa llave que permita la adecuada limpieza del templete, los vecinos bromean tarareando la canción: Dónde está la llave...

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