David Peña Dorantes (Lebrija, 1969) está considerado por la mayoría de los críticos musicales de nuestro país como el gran compositor del flamenco actual. Tiene sólo dos discos en el mercado, Orobroy y Sur, que le han bastado para tener el sitio que ocupa hoy en la música y, sobre todo, en el flamenco.
Aunque no le gusta que lo encasillen en el mundo de lo jondo, el haber nacido en una familia de gran tradición flamenca, como es la de los Peña de Lebrija, le compromete, y su próximo disco, que presentará el 21 de mayo en los Jueves Flamencos de Cajasol, estará dedicado a los palos clásicos y va a contar con las colaboraciones de Enrique Morente, Juan el Lebrijano, Miguel Poveda, Arcángel, Juan Moreno El Pele, Esperanza Fernández y su propio padre, el guitarrista y cantaor lebrijano Pedro Peña, alejado ya de los escenarios. Aún no tiene decidido el nombre de ninguno de los dos discos que prepara en la actualidad. Ni siquiera el que presentará en mayo. "No es fácil buscarle nombre a un disco, y es algo que siempre dejamos para última hora", aseguraba ayer el pianista a nuestro periódico, en pleno ensayo para el concierto de hoy.
Actualmente, Dorantes está grabando en su casa de Mairena del Aljarafe, en su propio estudio, un sueño hecho realidad. "La verdad es que es una comodidad y es mucho mejor que desplazarte a cualquier estudio. Me gusta estar a gusto y lo consigo mejor en casa, sin fijar hora alguna, sino cuando me apetece", asegura David Peña.
Piensa del mismo modo para componer sus piezas musicales, algo que cuida mucho, de ahí que sólo tenga dos discos en el mercado, aunque ha colaborado con muchos músicos en los últimos años. "No se puede hacer un disco todos los años; el proceso de creación requiere tiempo, estar relajado, sin estrés, y por eso trabajo mucho en mi propia casa", asegura.
Sobre el segundo disco, el instrumental, Dorantes no suelta prenda, aunque asegura que su contenido irá en la línea de sus anteriores trabajos. "Tengo que seguir esa línea, que es la que me gusta, aunque no deje de hacer obras más flamencas, de corte más clásico, como la que presentaré en mayo. En esa obra me pongo al servicio del cante, de voces como las de mi tío Juan el Lebrijano, Enrique Morente, El Pele, Esperanza Fernánde o mi padre", cuenta orgulloso Dorantes, que es un enamorado del compás y de las voces personales.
Dorantes va a contar esta noche con colaboradores habituales como el bajista sevillano Manolo Nieto y su primo Tate Peña, excelente percusionista. Además, estará con él el cantaor Juan San Juan y, una vez más, la bailaora sevillana Pastora Galván. Elenco jondo, sin duda.
«Esta noche tocaré cosas muy conocidas, pero improvisando»
El gran pianista lebrijano recuerda ya con cierta nostalgia su primer concierto en Sevilla, dentro de la Bienal de Flamenco de 1996. "Presenté Ventanales, que era mi primera obra, con tanto éxito que la crítica se volcó y surgió mi primer contrato discográfico para hacer Orobroy", relata Dorantes. Aquel día, su padre, al escuchar tantos aplausos y ver al público de pie, se echó a llorar como un chiquillo.
El contenido del concierto de esta noche (21.00 horas) en el ciclo Flamenco viene del sur está sacado de sus dos discos, pero no se limitará a hacer los temas solamente. "Son piezas conocidas, pero voy a improvisar mucho, que es algo que me gusta y que es fundamental en un pianista flamenco o de jazz".
Tocar en Sevilla es algo que le importa mucho, es hacerlo en su tierra, con su gente y ante una afición sabia que sabe siempre lo que escucha. "Le he escuchado decir a muchos artistas lo importante que es actuar en Sevilla, y es cierto. Así que, estrenemos o no algo nuevo, es siempre una responsabilidad", dice Dorantes.
