La Audiencia Provincial de Cuenca ha condenado a dos agentes de la Guardia Civil por un delito de cohecho por hacer la vista gorda ante una red prostitución ilegal a cambio recibir favores sexuales. Estos dos guardias civiles permanecen en activo y sólo deberán pagar una multa de 2.000 euros.
Según la sentencia, el gerente del club de alterne Flamingos, en El Provencio (Cuenca) invitaba a los guardias civiles, un agente y un sargento, tanto al sexo que mantenían, hasta tres veces por semana con distintas chicas, como a las consumiciones. Descubrieron los hechos a raíz del testimonio de las chicas que trabajaban en el club.
Estos hechos se produjeron entre 2003 y 2004 hasta que la Policía intervino el establecimiento y descubrió que las mujeres eran introducidas ilegalmente en España y que contraían por ello una deuda que tenían que pagar mediante la prostitución. La Guardia Civil expedientó a los agentes y les suspendió del servicio durante tres meses por presuntos delitos de Cohecho y omisión del deber de investigar.
Pero la Audiencia Provincial de Cuenca sólo ha condenado a los guardias civiles por el delito de cohecho con una multa de 2.000 euros, sentencia que ha sido recurrida por los afectados. Los agentes de la Benemérita continúan en activo, e incluso uno de ellos se encuentra de baja laboral por depresión. Fuentes de la Guardia Civil señalan, no obstante, que ante una sentencia firme del Supremo los agentes podrían ser expulsados del Cuerpo.
Amenazas. Para conseguir lo que pretendían de ellas, los responsables de la red de prostitución coaccionaban y amenazaban a las prostitutas con causarles daños físicos a ellas y a sus familiares si no colaboraban.
Al inicio del operativo se encontraban ejerciendo la prostitución, en cinco clubes en distintas provincias, un total de 146 mujeres. En la operación policial fueron detenidas 21 personas. La organización tenía dos ramas vinculadas entre sí: Una que operaba en Paraguay, cuya actividad se centraba en la captación y reclutamiento de mujeres, y otra en España.
