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Dos ancianas son reconocidas por cuidar durante décadas la ermita de San Juan de Coria del Río

Carmen tiene 91 años y su hermana Josefa, 86. Pero ni sus achaques las alejan de su tarea diaria y devoción: custodiar la ermita San Juan Bautista de Coria del Río, al igual que antes hicieron su madre y otras mujeres desde el siglo XVIII. La Iglesia Católica premiará su labor.

el 16 sep 2009 / 08:19 h.

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Carmen tiene 91 años y su hermana Josefa, 86. Pero ni sus achaques las alejan de su tarea diaria y devoción: custodiar la ermita San Juan Bautista de Coria del Río, al igual que antes hicieron su madre y otras mujeres desde el siglo XVIII. La Iglesia Católica premiará su labor.

Y no lo hará de cualquier manera. Estas dos ermitañas de la Vera Cruz recibirán el día 14 de manos del cardenal de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, la medalla Pro Eclesia et Pontifice, la máxima condecoración que otorga la Iglesia Católica a los seglares. Con este reconocimiento, se quiere premiar la trayectoria de fidelidad y el servicio a la comunidad eclesiástica de estas mujeres.

Su devoción y su dedicación al cuidado de la ermita, que se asienta sobre el terreno donde vivía la población de Coria del Río desde la prehistoria, les viene de niñas. Su madre, María Márquez Campos, fue designada en 1960 para ocupar el cargo de guardiana de la ermita de San Juan o de la Vera Cruz. De este modo, viuda y con tres hijas, se hospedó en una vivienda colindante para tener vigilado el templo, al igual que habían hecho antes otras mujeres desde el siglo XVIII. Quienes la recuerdan afirman que puso todo su amor, trabajo y dedicación a la tarea, algo que transmitió posteriormente a sus tres hijas que, una vez que falleció la madre, tomaron el relevo.

De estas tres hermanas, Dolores, Carmen y Josefa, sólo las dos últimas viven todavía y, pese a su edad, siguen prestando su servicio para ser las guardianas de la ermita y contribuir a que siga siendo centro de oración.

En esa larga travesía, las hermanas no han pasado desapercibidas. Todos los curas que han estado en la iglesia de Santa María de la Estrella de Coria del Río, al igual que los coadjutores que han colaborado en la parroquia, o los directores espirituales de la Vera Cruz coinciden a la hora de reconocer "la dedicación constante de la familia a la permanencia de la ermita". Y, después de tantos años, la Iglesia Católica las va a premiar por ello.

Esta ermita, conocida por los habitantes de Coria del Río como la del cerro por estar en el monte al que ella le da nombre propio, el de San Juan, es un edificio de la Baja Edad Media de estilo gótico mudéjar, que por su valor histórico y artístico y su patrimonio fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en 1972.

Desde hace siglos era reconocido el valor religioso de la ermita y el cuidado que a ella se le daba, por venerarse en su interior al Cristo de la Vera Cruz, de tanta devoción en la comarca del Aljarafe. Tal prestigio congregó que, cuando la iglesia de Santa María de la Estrella estaba en obras, hacía las veces de templo para acoger las celebraciones que esperaban todos los fieles.

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