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Dos andaluces ganador y finalista del Premio Herralde de novela

el 13 nov 2012 / 11:54 h.

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Ferré y Mesa.
Andalucía es tierra de letras, la tierra de Altolaguirre, de Ayala, de Fernández Shaw, de Machado, de Madariaga, de Bécquer, de Cernuda, de Gala o de Muñoz Seca, por sólo nombrar algunos. No obstante lo cual, sobre todo en los tiempos de descrédito que corren, no vienen mal los reconocimientos y palmaditas en la espalda. Es esta realidad, precisamente, la que yace como telón desgarrado en las dos novelas galardonadas con el Herralde que este año, además, ha celebrado su edición más concurrida. La primera y ganadora, Karnaval, es obra del malagueño Juan Francisco Ferré y se inspira en el escándalo sexual protagonizado por el último gerente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn; la segunda, Cuatro por Cuatro, es de la sevillana Sara Mesa Villalba y cuenta la historia de un grupo de internadas en una prestigiosa escuela que las aísla de un mundo exterior en plena decadencia. La novela ganadora se lleva 18.000 euros y ambas novelas serán publicadas por Anagrama . Estarán pronto a la venta en establecimientos como la Fnac y además se pueden adquirir en otros portales con precios más bajos como Dscuento .


Ferré pertenece a la llamada generación Afterpop o Nocilla, escritores españoles nacidos durante el desarrollismo franquista y la caída del régimen y a los que se relaciona con el boom latinoamericano. En el caso del malagueño, se trata además de un veterano académico y crítico, doctor en Hispánicas e investigador en Brown que comenzó a escribir tardíamente destacándose una colección de relatos, Metamorfosis, y novelas como La vuelta al mundo o La fiesta del asno. El Herralde parecía resistirle a Ferré desde que en 2009 fuera finalista con Providence, una novela que despertó la admiración de la crítica, traducida al francés y que fue comparada con la narrativa de Nabokov, finalmente con el melodrama del político presidenciable francés ha conseguido llevarse el gato al agua. Según el propio Ferré, lo que interesa de este personaje es que "de repente pasó de ser uno de los hombres más poderosos a ser un apestado". Al convertirse en un outsider Strauss-Kahn se ve obligado a rebelarse contra un sistema del que él ha sido columna vertebral. Todo ello, siguiendo la línea argumental del libro, está -a su vez-íntimamente relacionado con la aparición de movimientos civiles reflejo de una sociedad "cada vez más cabreada" con el poder económico.

Por su parte, la sevillana afirma haber escrito "algo muy claustrofóbico con grandes dosis de violencia". Este será el ambiente que inunde el prestigioso internado de Vado, la autora vuelve así a esta ciudad fantasmal y en pleno derrumbe que ya retrató en su última novela, Un incendio invisible, si bien ha aclarado "que se trata de narraciones totalmente independientes, no obedece a ningún planteamiento previo ni a programas de ningún tipo. Van saliendo así, respondiendo a mis obsesiones, a mis temas". La institución que le sirve de punto de referencia es el Wybrany College, un internado para niños ricos que se eleva como muralla de una ciudad sitiada por la decrepitud. En él se desarrollarán profundas relaciones entre los internos: de un lado, los privilegiados, hijos de familias acomodadas; de otro, los becados; y, por último, el claustro de profesores. Aparecerán superposiciones entre estos grupos a la vez que veremos desfilar personajes únicos, casi cortazianos, propios del universo que crea esta peculiar escritora. "Se darán relaciones de abuso y poder desde dentro. Todo muy alegre, como podéis ver". Cuatro por Cuatro se une así a una amplia selección de cuidadas e impactantes obras que comenzó con nombres como El trepanador de cerebros o No es fácil ser verde y con varios premios como el Málaga de Novela el pasado año.

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