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Dos aspirantes a la presidencia del Colegio de Médicos

Cara a cara entre González-Vilardell, actual presidente, y Francisco de Santiago. Más de 8.300 médicos están llamados a las urnas.

el 03 nov 2009 / 21:14 h.

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Más de 8.300 médicos están llamados a las urnas.

Un total de 8.324 médicos sevillanos están llamados a las urnas el próximo día 25 para elegir a la nueva junta directiva del Real Colegio Oficial de Médicos de Sevilla, que regirá los destinos de la institución colegial durante los próximos cuatro años. Según la proclamación provisional realizada el pasado 31 de octubre por la junta electoral –la definitiva será el próximo viernes–, a la cita con las urnas concurrirán dos candidaturas: la encabezada por el actual presidente de la institución, Carlos González-Vilardell Urbano, que aspira a reeditar su mandato, y la del coronel médico Francisco de Santiago Fernández, quien a lo largo de 15 años ininterrumpidos ha formado parte de la junta directiva colegial durante los mandatos de Rafael Barroso e Isacio Siguero.  


González-Vilardell (Constantina, 1948), médico desde el año 1975 y especialista en Oftalmología por la Escuela Profesional Conde de Arruga, es doctor en Medicina y académico correspopondiente de la de Medicina de Sevilla. Toda su vida profesional la ha desarrolado en el Hospital Virgen Macarena de Sevilla, donde coordina la sección de estrabismo. Su experiencia académica es bastante extensa, habiendo participado en numerosos cursos y seminarios y publicado varios trabajos sobre su especialidad en diversos congresos y simposios.


Actualmente es secretario general del Consejo Andaluz de Colegios de Médicos, institución que presidió durante dos años, y vocal de la comisión de Eméritos del Servicio Andaluz de Salud. En el Colegio de Médicos de Sevilla ha desempeñado numerosos cargos: vocal de Medicina de Ejercicio Libre (1994-2002), vocal de Asistencia Colectiva (1998-2002), tesorero (1996-1998) y vicepresidente primero (2002-2005), ostentado la presidencia de la institución desde abril de 2005.


El “punto estrella” de su programa será la promoción de la formación continuada y la docencia. Para los próximos cuatro años propone la creación de una asociación de médicos empresarios sin coste alguno para los médicos de Medicina Colectiva, aquéllos que ejercen la profesión en privado bien libremente o a través de compañías. La lucha contra el intrusismo y contra las agresiones a los profesionales sanitarios, persiguiendo que estas acciones sean calificadas como delito y no como falta, y la creación de un registro de objeción de conciencia serán otros de los ejes de su programa.


El otro aspirante, Francisco de Santiago Fernández (Córdoba, 1945), es coronel médico del Ejército de Tierra especialista en Cirugía General y Traumatología y profesor asociado de Traumatología de la Facultad de Medicina. Durante más de 20 años fue el creador, jefe y organizador del Servicio de Cirugía Ortopédica y  Traumatología del desaparecido Hospital Militar de Sevilla. Actualmente, es  jefe de Traumatología del Instituto Sevillano de Traumatología y Ortopedia (ISTO) en el Hospital Infanta Luisa. Ha sido presidente de la Sociedad Andaluza de Traumatología y Ortopedia (SATO), así como de la comisión de Asuntos Profesionales de la Sociedad Española de Traumatología y Ortopedia (Secot). Desde 1990 y hasta 2005 ejerció de vicepresidente del Colegio de Médicos de Sevilla y de director general de Formación Continuada. Ha sido además presidente de cinco congresos nacionales e internacionales de Traumatología y Ortopedia.


Su programa, asegura, persigue varios ejes de actuación: austeridad en el gobierno colegial en el apartado de las cuentas, “muy en tela de juicio”; facilidad y eficacia en los servicios de colegiación; renovación y regeneración de la actividad docente y formativa; y la defensa institucional del médico ante la sociedad y los poderes públicos.


Estas elecciones vienen marcadas por la polémica después de que el actual presidente del Colegio, González-Vilardell, denunciara ante la Policía un presunto intento de soborno por parte de un individuo que le exigió una cantidad económica a cambio de controlar que no se presentara ninguna candidatura alternativa.    

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