Cofradías

Dos ausencias en San Vicente

Las esquinas desnudas en la trasera del paso del Señor de la Divina Misericordia recordaban las dos águilas sustraídas.

el 04 abr 2012 / 18:43 h.

El guarda de seguridad privada avisaba al compañero que le relevaba en la custodia de los pasos de las Siete Palabras: "Éste es el que le robaron las águilas traseras. Estate atento, y ojo con los borlones de las maniguetas, que le pegan un tirón y se lo pueden llevar". Ocurría en el interior de la iglesia de San Vicente ayer por la mañana, en las horas reservadas a las visitas protocolarias a los templos para contemplar de cerca los pasos que por la tarde veríamos haciendo estación.

La foto estaba en la trasera del paso del Señor de la Divina Misericordia. Hasta allí se acercaban muchos curiosos a contemplar los dos huecos vacíos en las esquinas, sin las habituales águilas bicéfalas robadas el pasado mes de enero del almacén de la hermandad en la calle Medalla Milagrosa (en el entorno de León XIII). "¡Qué lástima, qué pena!", se podía escuchar mientras los más enterados daban sesudas explicaciones del hurto cofrade: "Se llevaron los dos águilas y la cartela del costado derecho del paso del Nazareno, y las antiguas bambalinas de plata de la Virgen de la Cabeza. Todo de plaza de ley de Villarreal", apuntaba Antonio Gutiérrez a sus invitados, un matrimonio madrileño que no daba crédito a la historia. "¡Qué horror!, pero eso es fácil de localizar, ¿no? Son piezas singulares", señalaban consternados.

Otros muchos aprovecharon la vuelta en círculo al paso cincelado por Villarreal para hacer foto de los llamativos huecos en la ornamentación del canasto. La hermandad optó por dejarlo así, vacío, sin poner ningún otro atrezo, más allá de revestir decentemente con metal la zona afectada: "No hemos querido poner nada en esos dos huecos. Ni flores ni otro elemento decorativo. Tenemos la esperanza de que esto se va a solucionar y van a terminar apareciendo", sentenciaba el hermano mayor, Antonio Sánchez Padilla, quien añadía que los hermanos lo están tratando de llevar "bien", "para que el tema no parezca tan lamentable". Pero, en su opinión, la procesión "va por dentro".

Eso sí no se han escatimado en esfuerzos para que el paso salido del taller de Viuda de Villarreal entre 1977 y 2000 pueda ponerse en la calle "con una dignidad tremenda". De hecho, la cartera del costero derecho dedicada a otro de sus titulares, al Cristo de las Siete Palabras, se ha cubierto de metal plateado, así como las dos esquinas traseras, desnudas de su habitual ornamentación con las ya mencionadas águilas portando los escudos de las hermandades de la Vera-Cruz y el Museo, corporaciones de la feligresía de San Vicente junto a las Penas y las Siete Palabras.

Pero aunque se trate de mantener el tipo lo cierto es que los enseres robados tienen un gran valor artístico y, sobre todo, emocional para la cofradía. Quizás por ello muchos de los rezos delante de los pasos o bien bajo el antifaz durante la estación penitencial tenían una misma intención: que aparezcan cuanto antes. El hermano mayor se refería a ello en la mañana: "Dios quiera que esta tarde [por ayer] por cualquier sitio donde pasemos esas águilas vengan y se vuelvan a posar en las esquinas". Un deseo, un anhelo que es compartido por el presidente del Consejo, Adolfo Arenas; y el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, que se lo transmitieron así a la junta de gobierno en la visita pastoral del mediodía.

Ante la tristeza propia por estas dos ausencias, ayer hubo otros motivos para la alegría en la iglesia de San Vicente. El tiempo daba una tregua, lo que permitió que la cofradía se echara a la calle sin problemas. A ello se sumó un estreno importante: la nueva casa de hermandad en un inmueble en la calle Baños, muy próximo al templo. Hasta la fecha la corporación del Miércoles Santo no tenía una dependencia propia, más allá del reducido local en la plaza de Teresa Enríquez. "Necesitábamos una casa de hermandad", dijo Sánchez Padilla.

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