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Dos fallecidos al electrocutarse mientras renovaban unas vallas publicitarias

El suceso ocurrió en el polígono Carretera Amarilla sobre las 18.30 horas, durante una fuerte lluvia que pudo influir en que los operarios recibieran la descarga eléctrica.

el 16 feb 2011 / 18:26 h.

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Técnicos de la policía investigan en torno al cartel en el que trabajaban los dos fallecidos.

Dos obreros que sustituían los anuncios de unas vallas publicitarias en el Polígono Carretera Amarilla murieron ayer electrocutados mientras manejaban una escalera metálica bajo la fuerte lluvia de las 18.30 de la tarde.

El 061 trató de reanimarlos durante tres cuartos de hora, pero le fue imposible. Los primeros análisis de los cuerpos descartaron una caída de altura, por la posición en la que se encontraban, y consideraron que lo más probable es que estuvieran moviendo la escalera para terminar de colocar un anuncio de electrónica cuando sufrieron la descarga.

La Policía Científica analizó durante una hora la escalera de seis metros que estaban utilizando, ya que era lo suficientemente alta como para haber rozado algún cable del tendido eléctrico, pero técnicos de Endesa que acudieron al lugar explicaron que con la humedad que había en el ambiente pudieron electrocutarse sin necesidad de un contacto directo. Los investigadores tendrán que barajar la posibilidad de que se produjera "un arco" entre una fuente eléctrica y la escalera metálica, según explicó el delegado municipal de Empleo, Carlos Vázquez, que acudió a interesarse por el accidente.

Los trabajadores rondaban los 30 años de edad y eran extranjeros, al parecer procedentes de Europa del Este. Vázquez aseguró que estaban dados de alta y tenían en vigor su contrato de trabajo, y que tanto sus compañeros como los responsables de la contrata y la subcontrata implicadas habían acudido de inmediato y estaban colaborando con la investigación.

En todo caso, el responsable municipal afirmó tajante que la Policía tendrá que comprobar ahora si los trabajadores disponían de las medidas de seguridad previstas en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.

El suceso se produjo en el solar que quedó vacío cuando fue demolida la cristalería Erauskin en una esquina del polígono industrial, entre la avenida de Andalucía y la de Utrera Molina, enfrente de Los Arcos. Los operarios, que trabajaban en una serie de vallas publicitarias en altura colocadas en el solar, situadas bajo un tendido eléctrico, estaban solos en el momento del suceso, pero un hombre que esperaba el autobús en una parada de Tussam en la avenida de Andalucía escuchó una explosión cuando se produjo la descarga que acabó con sus vidas de forma fulminante. Los dos obreros quedaron tendidos en el suelo, muy cerca uno del otro. Sobre ellos podía verse un anuncio sin terminar de colocar en la valla publicitaria.

La Policía Local acordonó la zona mientras el 061 trataba de reanimarlos, y posteriormente la Nacional amplió el cordón, ante el que se congregó un nutrido grupo de curiosos, a pesar del frío y de que llovió en varias ocasiones hasta que se levantaron los cadáveres, tres horas después.

Los compañeros de los fallecidos permanecieron en todo momento en el lugar, visiblemente afectados, mientras varios agentes de la Policía Científica y del grupo de Homicidios analizaban el solar con potentes focos. Posteriormente declinaron hacer ningún tipo de declaración.

Gran parte de la atención de los investigadores se centró en la escalera, en busca de signos de la descarga eléctrica. La escala estaba lejos del lugar en el que quedaron los cuerpos, aunque pudo ser trasladada por los sanitarios para evitar riesgos. En todo caso, la fuerza de la descarga también pudo haber lanzado a los trabajadores a una considerable distancia, según precisó Carlos Vázquez, a quien momentos después se unió el portavoz de Izquierda Unida, Antonio Rodrigo Torrijos. A varios metros permanecía aparcada la camioneta de los trabajadores, cargada de estructuras metálicas.

Al lugar llegó también el responsable de una empresa cristalera, que al enterarse de la noticia acudió alarmado, pensando que los trabajadores fallecidos podían ser de su plantilla. También se congregaron numerosos curiosos, alertados por la presencia de tantos coches de la Policía.


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