La fachada del Martínez Montañés, por donde entran mil alumnos al día, ha sido vallada por el "riesgo de desprendimientos". Un juez ordenó a Urbanismo investigar dos informes de Policía y Bomberos alertando del peligro. El Consistorio tendrá que acometer las obras, después de que Educación, titular del inmueble, haya obviado dos veces el requerimiento.
Desde fuera, el instituto Martínez Montañés, donde estudian 1.050 alumnos, presenta un aspecto bastante desmejorado. Una valla de chapa rodea todo el frontal y el edificio padece "problemas externos de seguridad, e internos de salubridad". El popular centro de Nervión es el único instituto público de Sevilla que imparte el Bachillerato internacional, y oferta ciclos de FP subvencionados por la UE, que le han servido para ganar prestigio y recibir a estudiantes de otros barrios. Pero las condiciones externas del edificio son "pésimas", según el equipo directivo, que teme perder alumnado en el inicio del proceso de matriculación, que empieza hoy. "La Junta debe analizar por qué descuida los colegios públicos, que no pueden competir con el buen aspecto de los concertados", dicen.
En el inicio del curso pasado, los profesores llamaron a la Policía Local porque creían que el progresivo deterioro del edificio empezaba a suponer un serio peligro para los estudiantes. Desde 2006, la dirección había enviado más de una veintena de escritos a la Delegación de Educación para que arreglaran los problemas del inmueble, pero no obtuvieron respuesta. La Policía inspeccionó el exterior y el interior del centro y envió un informe a un juzgado de lo Contencioso dando parte del riesgo que suponía "la caída de cascotes por el mal estado de la fachada interior del inmueble".
Los Bomberos realizaron un "informe urgente" con las mismas conclusiones que la Policía, y se lo enviaron a la Consejería de Educación, responsable de la conservación de todos los institutos de ESO. Fue el informe policial lo que hizo que el juez pidiera a Urbanismo que enviara a sus técnicos para verificar si el problema era tan grave como lo planteaban. Urbanismo acudió al centro hace tres meses y envió un informe a Educación diciendo que el instituto necesitaba con urgencia el "acotado y protección de desprendimientos de elementos de la fachada, en mal estado y del edificio de aulas".
La consejería tenía que haber acometido "con urgencia" esas obras, que se habían presupuestado en más de 11.200 euros, pero el servicio de infraestructuras educativas, responsable de la conservación de los colegios y que cosecha numerosas críticas de los ayuntamientos por su "lentitud e inoperancia", no ha intervenido. Urbanismo volvió al Martínez Montañés 20 días después para corroborar que "las obras no habían sido iniciadas, pese a considerarse "necesarias". La consejería envió a unos técnicos para que vallaran la entrada del centro.
En su último informe, la Gerencia llegó a la conclusión de que sería más rápido acometer la reforma desde el Consistorio, y apercibió a Educación, informándole de que ejecutaría de forma subsidiaria las "obras de seguridad", y pasaría la factura a la consejería. Se dio diez días a Educación para que permitiera entrar a los técnicos al instituto a realizar las obras, so pena de ser denunciada ante un juez si no lo hacía. A día de hoy, las obras aún no han empezado.
