Un diputado y su chófer murieron y otras 15 personas, entre ellas dos legisladores, resultaron heridas al explotar ayer una bomba en la sede del Congreso de Filipinas, donde persisten los esfuerzos para destituir a la presidenta, Gloria Macapagal Arroyo.
El presidente de la Cámara Baja, José de Venecia, que acudió al lugar que abandonó poco antes, confirmó que fue un "acto terrorista", aunque no apuntó a ningún grupo. Geary Barias, jefe de la Policía de Metro Manila, identificó a las víctimas como Wahab Akbar, diputado musulmán y ex gobernador de Basilan, y su conductor, Marcial Calvo.
Akbar fue en el pasado objetivo de atentados por parte de la organización radical islámica Abu Sayyaf, atrincherada en el sur del país y considerada terrorista por EEUU y Filipinas.
El suceso se produjo justo cuando la presidenta Macapagal Arroyo intentó sortear en el Congreso un proceso de destitución por acusaciones de corrupción y de falta de respeto hacia los derechos humanos que supone la tercera moción de censura contra ella en los últimos tres años.