Asciende a 39 el número de fallecidos en los dos atentados perpetrados ayer en el metro de Moscú, después de que una mujer muriera esta noche en el hospital, informaron hoy fuentes sanitarias de la capital rusa.
El jefe del departamento de Salud de Moscú, Andréi Seltsovski, señaló también que durante el día está previsto que concluyan los trabajos de identificación de los cuerpos, según la agencia Interfax.
Mientras, 73 heridos continúan ingresados en diversos centros hospitalarios, tres de ellos en estado muy grave.
Una fuente de las fuerzas de seguridad indicó que "en estos momentos se registra en el metro un menor número de viajeros, que responde a razones totalmente objetivas".
"La gente siente cierto temor al bajar al metro", añadió.
Aún en hora punta, la mayoría de los usuarios de la línea roja, a la que pertenecen las estaciones de Lubyanka y Park Kultury, donde se produjeron las explosiones, encuentran un asiento libre.
Centenares de personas se acercan a los lugares de la tragedia para depositar flores y encender velas en el acceso al metro, en los vestíbulos y en los andenes, y algunas colocan también, entre lágrimas, fotografías de los fallecidos.
En la Catedral de Cristo Salvador, situada cerca de Park Kultury, se oficia hoy, declarado día de luto oficial en Moscú, una misa de difuntos, mientras las fuerzas de seguridad intensifican los controles en las diversas entradas a la ciudad.
Los cuerpos de seguridad sostienen que los dos atentados fueron organizados por grupos terroristas del Cáucaso Norte de Rusia y perpetrados por mujeres suicidas.
El presiden ruso, Dmitri Medvédev, declaró ayer tras los atentados una guerra sin cuartel contra el terrorismo, al tiempo que lamentó que las medidas antiterroristas adoptadas hasta ahora fueran "obviamente, insuficientes".
"La política de aplastamiento del terror en nuestro país y la lucha contra los terroristas continuará. Proseguiremos las operaciones contra los terroristas sin vacilaciones y hasta el final", subrayó Medvédev.
Ésta es la versión principal", señaló Alexandr Bórtnikov, jefe del Servicio Federal de Seguridad (FSB), quien aseguró que "en el lugar de las explosiones se encontraron fragmentos de los cuerpos de dos mujeres suicidas". Estas kamikazes, que han golpeado ya en otras ocasiones la capital rusa con atentados con bomba, son conocidas como viudas negras porque visten ropa de luto y suelen ser esposas de guerrilleros islámicos abatidos por los servicios secretos.
Los atentados, en los que se utilizó ciclonita, una de las sustancias preferidas por la guerrilla separatista chechena, ocurrieron en hora punta cuando el metro de Moscú llevaba a varios de millones de personas a sus lugares de trabajo. La primera explosión ocurrió en torno a las 6.00 hora española en la estación de metro Lubyanka, frente a la sede del FSB (antiguo KGB), el principal órgano de seguridad responsable de la lucha antiterrorista. Unos 45 minutos después se produjo la segunda explosión en la estación Park Kultury, a unos 300 metros de la sede de varias corresponsalías de medios de comunicación nacionales y extranjeros, incluida Efe.
Ambas estaciones se encuentran en la línea roja, la más antigua (1935) y una de las más concurridas de todo el metropolitano, que es utilizado diariamente por nueve millones de personas.
Al cierre de esta edición las fuerzas de seguridad rusas buscaban a tres cómplices: otras dos mujeres de rasgos eslavos y un hombre, de 1,80 metros de altura y unos 30 años de edad, con barba y vestido con una cazadora azul, gorra de béisbol oscura y zapatillas deportivas blancas, que también podría estar relacionado con el atentado.
Además, ayer se cerraron tres estaciones del metro de San Petesburgo por alerta de bomba y en las de Washington y Nueva York se incrementó la vigilancia.
Desde el exterior fue unánime la condena a los dos ataques. Uno de los primeros en expresar sus condolencias fue el presidente de EEUU, Barack Obama. Prácticamente todos los líderes mundiales dieron su apoyo al Gobierno ruso, tras el brutal atentado, por el que se ha decretado hoy día de luto en Moscú.
Los últimos actos terroristas en el metro de Moscú tuvieron lugar en 2004, en vísperas de la matanza de Beslán que conmocionó al mundo entero, y un año antes dos mujeres kamikaze chechenas causaron 13 muertos y 49 heridos al inmolarse en un festival de rock en la capital rusa.