Sporting y Betis, que estaban hundidos en la cola de la tabla hace apenas un mes, son ahora los equipos más en forma de la Liga, con permiso del FC Barcelona, y esta tarde miden sus fuerzas en el añejo estadio de El Molinón, que vivirá un ambiente muy especial con motivo del enfrentamiento.
La buena racha del Betis ha animado a miles de aficionados verdiblancos a desplazarse a tierras asturianas para asistir al choque de esta tarde ante el Sporting. Gijón es una ciudad digna de ser visitada y allí saben los béticos que serán bien recibidos, de ahí que en el chárter que ayer desplazó a la expedición bética no hubiera una sola plaza libre.
Una fina lluvia recibió a la expedición oficial bética y a los centenares de aficionados que en coche particular, autobús o tren hicieron de la Ruta de la Plata una caravana verdiblanca con destino Gijón, capital que el Betis no visita desde el 19 de mayo de 2001, cuando ganó gracias a dos goles de Gabriel Amato y dio un paso casi decisivo para la consecución del ascenso a Primera, que se consumaría un mes después en el famoso partido de Jaén.
Paco Chaparro era segundo de Luis del Sol por aquel entonces y hoy llega al frente de un Betis que está ilusionando de nuevo a su hinchada como hace años no ocurría. Lo mismo que pasa en Gijón con el Sporting, que ha vuelto a Primera este año tras una penosa década de travesía por Segunda -bajó en 1998, tras salvarse milagrosamente en 1997 gracias a un sonado triunfo en Heliópolis- y que tuvo un arranque de Liga desolador, al encajar cinco derrotas y veinte goles en sus cinco primeros partidos de Liga.
Muchos dieron por desahuciado demasiado pronto al Sporting, que desde que finalizó su particular Tourmalet no hace más que ganar partidos y, por momentos, bordar el fútbol, más o menos lo que el Betis, que ha tenido un arranque muy similar a los de Preciado. Baste decir que ambos eran colista y vicecolista hace cinco jornadas y que ahora miran al descenso por encima del hombro y tienen a tiro de piedra la sexta plaza que dará derecho a disputar la UEFA.
De ahí la especial trascendencia de este choque que mide a dos valores emergentes del campeonato liguero, un choque que se vivirá en un ambiente festivo por la hermandad entre ambas aficiones y el masivo desplazamientos de aficionados béticos, que darán un colorido muy especial a las gradas del Molinón, el estadio más antiguo de cuantos existen en Primera, pues allí ya se jugaban partidos hace más de 100 años.
Juega Monzón. Un par de cambios introdujo ayer Paco Chaparro en la lista de convocados con referencia a la que facilitó ante el Racing y uno hará en el once titular respecto del que salió en ese partido: Monzón jugará en lugar de Fernando Vega, que finalmente no entró en la convocatoria, mientras que Ilic y Diego Segura ocupan las vacantes dejadas por el propio Vega y Jose Mari, lesionados ambos.
Monzón tendrá por tanto la ocasión de disputar su segundo partido como titular (sólo lo fue ante el Real Madrid) y convencer a los técnicos, pues no hay que olvidar que está cedido y en diciembre puede hacerse efectiva una primera opción de compra que saldría 200.000 dólares más barata al Betis que si se hace en junio. Entonces, el 55% de su ficha costaría 6 millones de dólares, aparte del dinero que ya se ha pagado por la cesión.
Señalar que en el Sporting también hay un cambio obligado por la lesión de Neru respecto del once que de forma tan brillante ganó en Mestalla. Preciado medita alinear a Iván Hernández o Jorge en el eje de la zaga.
El que también cambia es el árbitro: al final no pitará Undiano y lo hará Rodríguez Santiago. Con Undiano no había perdido ningún equipo de visitante esta temporada (4 victorias foráneas y 2 empates). Con el sustituto, al revés: 5 victorias locales.
