Como en estos calamitosos tiempos para los negocios casi cualquier idea original es buena, el Hotel Silken Al-Andalus acaba de tener una con bastante buena pinta: el programa Sueña con nosotros; una especie de ayuda adicional para que sus clientes descansen bien por las noches. La oferta va desde habitaciones orientadas al descanso más reparador hasta suculentos pero relajantes menús ideados para el disfrute apacible de los clientes.
Todo surgió por la conversación de un huésped que lamentaba lo mal que había descansado como consecuencia de extrañar su cama. El equipo del hotel se puso a trabajar en ello y surgió este programa con el que pretenden que a partir de ahora toda su clientela disfrute de dulces sueños. "Es una necesidad garantizar el descanso a los clientes de forma que la persona que se hospede porque viene a trabajar pueda descansar para que rinda, y el que viene por ocio disfrute de sus vacaciones", señala Alberto Blanca, director del hotel.
Cuidan los pequeños detalles. Tanto si son habituales de dormir fuera de casa como si no lo son, seguro que alguna vez se habrán topado con la típica chocolatina, dulce o caramelo encima de la almohada, un gesto de cortesía muy frecuente en la mayoría de los hoteles. Craso error porque el chocolate es un excitante, por lo que es preferible no degustarlo antes de una cabezada. Por este motivo el hotel Hotel Silken Al-Andalus Palace obsequia a sus huéspedes con caramelos de valeriana y melissa utilizadas como tranquilizantes naturales. Eso será después de un suculento pero liviano menú reparador, a base de productos frescos. Como ejemplo, alguno de los platillos que elaboran: caldo de cuscús, pularda y verduritas a la hierbabuena; de segundo brocheta de pollo, calabacín y piña y, como remate dulce, una crema de miel y copos de avena. Después, un masaje con aromaterapia incluida. Ya en su habitación podrá relajarse con un baño de burbujas y aceites esenciales acompañados, cómo no, con una ristra de velas. Por último, como paso previo para ir a dormir, debe elegir una de las almohadas con aroma a lavanda que el hotel pone a sus disposición en las habitaciones específicas para tal efecto, y una infusión relajante que podrá preparase usted mismo en la habitación. Así que lo complicado va a ser llegar a la cama consciente. En fin: por si acaso, asegúrese de que funciona la tele.