El consorcio europeo EADS volvió ayer a insistir en la necesidad de renegociar las condiciones en las que se firmó el contrato del avión de transporte militar que se monta en Sevilla, el A400M.
Y lo hizo ratificando, una vez más, su "compromiso" con el nuevo avión y que el grupo no tiene intención de abandonar el proyecto, con lo que rectificó las declaraciones realizadas un día antes por el presidente de Airbus, Tom Enders, en las que amenazaba con suspender el programa, ya que "en las actuales condiciones no podemos construir el aparato", aseguró a un diario alemán.
EADS incidió en que "el contrato firmado en 2003 no contiene las condiciones necesarias para un desarrollo exitoso del programa, en primer lugar por un calendario irreal y, en segundo, porque la naturaleza comercial del contrato no está adaptada a la realidad de un programa militar, que conlleva altos riesgos tecnológicos", indicó en un comunicado.
Los siete países compradores del avión e incluidos en la organización de cooperación en materia de defensa OCCAR han dado al grupo europeo, matriz de Airbus, una moratoria de tres meses para decidir qué ocurre con el futuro del A400M y si cancelan el contrato. Un aspecto poco probable porque, para anularlo, tendrían que estar todos de acuerdo, y países como Francia y España, le dan su respaldo.
EADS pretende que ese periodo "sea utilizado por todos los socios para poner en marcha" el proyecto "en condiciones aceptables para todas las partes".
Esa moratoria fue acordada el pasado día 12 por los compradores del avión, Alemania, Bélgica, España, Francia, el Reino Unido, Luxemburgo y Turquía antes de denunciar el contrato ante los retrasos que acumula el proyecto.
Por su parte, el consejero andaluz de Innovación, Francisco Vallejo, consideró que las declaraciones de Enders forman parte de una estrategia empresarial.