"Estoy bastante harto en esta Sevilla nuestra de que discutamos tanto los proyectos, les demos tantas vueltas y escuchemos tantas opiniones que al final los proyectos o se aburren los promotores o no salen y no se hacen. Y eso se llama SE-40, tranvía de Alcalá, tranvía de Dos Hermanas, Atarazanas o líneas 2 y 3 del Metro". Así de contundente se expresó ayer el presidente de la patronal sevillana , Miguel Rus, que consideró "absolutamente inaceptable" que en momentos de graves dificultades económicas como los actuales se haga "confrontación política" con determinadas iniciativas. Al hilo de los conflictos que mantienen actualmente la Junta y el Ayuntamiento sobre el destino de edificios y suelos como los de Altadis, la Gavidia, las Atarazanas o la Torre Pell i, Rus reconoció que en Sevilla "muchas veces escuchamos demasiadas opiniones y yo echo muchas veces en falta la decisión que tienen otros alcaldes cuando tienen algo claro. Aquí parece que damos un paso adelante y dos para atrás".
El presidente de la Confederación de Empresarios de Sevilla (CES) participó en los Aperitivos de La Raza e instó a las administraciones públicas, y en especial al Gobierno municipal, a tomar decisiones sin ponerlas en "solfa", al tiempo que criticó que se generen debates "vacíos" con fines políticos y partidistas en torno a proyectos que ya han sido aprobados y cuentan con su licencia, como el de la Torre Pelli, o que el Ayuntamiento puede sacar adelante sin el visto bueno de la Junta "porque la LOUA se cambió y puede cambiar usos de suelos y solo tiene que comunicárselo" como la Gavidia (el edificio está calificado como suelo de interés público y el Consistorio solo puede cambiar determinados usos sin alterar el PGOU).
Aunque el presidente de la patronal arremetió sobre todo contra la confrontación política entre administraciones de distinto color, también reclamó una simplificación legislativa y burocrática porque "muchas veces no es tanto un problema político sino de interpretaciones técnicas de tantas leyes y luego como todo lo sometemos a un debate e incluso a la judicialización hace que todavía cueste más".
No es la primera vez que el líder de los empresarios sevillanos se muestra crítico con el Gobierno municipal de Juan Ignacio Zoido. Aunque ayer no le nombró y fue menos contundente que cuando en septiembre criticó la "falta de interlocución" y le afeó que primase los intereses particulares de determinados sectores, no eludió cuestionar su actuación en algunos de los proyectos inmersos en polémica como la biblioteca de la Universidad en el Prado, que será demolida por orden judicial, la Torre Pelli o el futuro de las Atarazanas.
Sobre la primera Rus lamentó que "por lo menos hubiera dejado el parking ya que está hecho, aunque sea para los residentes de allí"; tildó de "ridículo" el debate sobre la Torre Pelli, que pese a tener los permisos "nos guste más o nos guste menos" fue puesto en duda "hasta por el alcalde"; y consideró la decisión de La Caixa de trasladar el Caixafórum de las Atarazanas a la Torre Pelli "de una lógica aplastante". "¿Qué lo hago donde me están poniendo problemas -el Consistorio pidió un plan especial que inicialmente no exigió- o en mi casa? ¿Qué hay un convenio firmado? (la Junta cedió el edificio a La Caixa a cambio de su rehabilitación y pide ahora una compensación), pues que se apliquen las penalizaciones".
Rus no solo apuntó al Ayuntamiento. Criticó que el plan de pago a proveedores de la Junta ha dejado fuera muchos sectores y que siga recortando la inversión en obra pública y presupueste tramos sueltos de vías como la SE-40 en vez de conectar los que hay.
El empresario se mostró "preocupado" por el daño de imagen que supone la detención del expresidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, y opinó de las normas antidesahuicios para defender la dación en pago pero alertar contra medidas demagógicas que lancen el mensaje de que "si no paga, no se va a desahuciar, hay que diferenciar quien no puede de quien no quiere pagar".
