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Ecologistas en Acción insiste en que el vertido tóxico era 'evitable'

Ecologistas en Acción sostiene que la rotura de la balsa de la mina de Boliden en Aznalcóllar, del que esta semana se cumplen 10 años, fue "una catástrofe anunciada" que se pudo evitar.

el 15 sep 2009 / 03:32 h.

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Ecologistas en Acción sostiene que la rotura de la balsa de la mina de Boliden en Aznalcóllar, que el 25 de abril de 1998 causó el siniestro medioambiental más grave de España y del que esta semana se cumplen 10 años, fue "una catástrofe anunciada" que se pudo evitar y advierte de que "puede volver a repetirse". Esta tesis la recogen en un libro que se presentará hoy.

El coordinador de esta organización en Sevilla, Isidoro Albarreal, recuerda en una entrevista con la agencia Efe que la Coordinadora Ecologista y Pacifista de Andalucía (CEPA), antecesora de Ecologistas en Acción, presentó entre 1994 y 1998 "decenas" de denuncias que alertaban del riesgo que suponía esta mina.

"La catástrofe de Aznalcóllar fue muy anunciada y absolutamente evitable, simplemente con que hubieran funcionado mínimamente los mecanismos de prevención y control de la contaminación, que no lo hicieron por intereses económicos de la mina y por los intereses cruzados con la Junta de Andalucía", enfatiza.

Como ejemplo pone que casi cuatro años antes de producirse este siniestro, la Federación Ecologista Pacifista de Sevilla denunció al director general de Calidad Ambiental de la Agencia de Medio Ambiente, Francisco Tapia, porque se estaban almacenando "residuos tóxicos del Polo Químico de Huelva en la balsa de Aznalcóllar" que luego estalló.

También recuerda las manifestaciones y movilizaciones desarrolladas por la CEPA de 1994 a 1998 para denunciar la amenaza que suponía esta balsa, cuya rotura vertió al cauce del Guadiamar, principal afluente del Parque Nacional de Doñana, seis millones de metros cúbicos de lodos que asolaron más de 4.600 hectáreas.

Pero la denuncia más explícita la formuló en 1995 el ingeniero Manuel Aguilar Campo, jubilado de Boliden, quien falleció de un infarto dos años después tras conocer el archivo de sus demandas y para quien los ecologistas reivindican ahora un reconocimiento póstumo de las instituciones.

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