Como cada año, la Concejalía de Educación de Utrera rindió un homenaje a los docentes de la ciudad. Con motivo del llamado Día del Maestro, se organizaron varios actos durante toda la jornada, que congregó a muchos vecinos que quisieron homenajear a los profesionales de la enseñanza.
El momento más emotivo se vivió en el Teatro Enrique de la Cuadra con el homenaje a los maestros jubilados el pasado año. En esta ocasión, fueron Emilia Villar Martínez y Francisco Javier Verdugo Durán, quienes pudieron ver, junto con todos los presentes, un vídeo sobre sus vidas y sus carreras profesionales.
Por otro lado, también se procedió a la presentación de unos azulejos con datos que formarán parte de una ruta para escolares dentro del proyecto de la Concejalía de Turismo para una nueva señalización turística. Tendrá su díptico explicativo, recorrido y mapa, para poder ser visitada, utilizada y explotada por los escolares de la ciudad de Utrera y por aquellos turistas que así quieran hacerlo.
Por otra parte, se ofició una misa en la Iglesia de Santiago, a la que asistieron los docentes y también los alumnos del Colegio Maestro Juan Antonio Velasco.
En estos actos participaron, además del alcalde, Francisco Jiménez (PA), y resto de concejales, el delegado provincial de Educación, José Jaime Mougán, acompañado, entre otros, del inspector Bernardo Raya.
Tras unas palabras de la concejal de Educación, María José García, y de su homólogo provincial, cerró el acto el alcalde, quien incidió en "la importancia de la docencia a lo largo de la historia del ser humano, cumpliendo un papel fundamental en la transmisión de conocimientos y valores y siendo uno de los pilares sobre los que se sustenta cualquier sociedad".
También recordó la solidaria intervención del colectivo de la enseñanza en las recientes inundaciones que sufrió la ciudad la pasada semana y animó a todos los docentes a continuar con su labor "tan importante y decisiva para la sociedad".
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Este año, aunque el acto central fue el homenaje a los profesores que se jubilan, la Concejalía de Educación pretendía que fuese un acto de convivencia de docentes que se interrelacionan, conocen y apoyan en un empeño final y único: enseñar cada uno a su nivel y según las características propias de cada etapa.
