El libro digital que empezará a usarse a modo de prueba en 80 escuelas andaluzas el próximo curso no es un e-book ni un ipad, ni ningún soporte físico con capacidad para almacenar todos los libros de texto que se imprimieron en España en 2009.
Cualquiera de esos aparatos permite conectarse a internet, descargar materiales, navegar e interactuar con los contenidos como si fuera un videojuego. El e-book lleva apenas un año comercializándose en España, y el ipad, menos de tres meses. Ambos artilugios cuestan entre 200 y 900 euros, y su intromisión en el mercado editorial todavía no ha superado el debate de los escépticos: ¿Sustituirán al soporte papel? ¿Terminará siendo tan imprescindible como el móvil y tan masivo como el mp4? ¿Jubilará al libro de texto? ¿Servirá como instrumento pedagógico? ¿Cambiará la forma de enseñar y de aprender?
Debido a razones económicas, Educación no usará el soporte digital como hardware, sino como software. Dicho de otra forma, la Junta no asumirá la compra de los modernos e-books, pero tratará de llegar a un acuerdo con las editoriales especializadas en enseñanza para adquirir los derechos de los contenidos digitales que estén sacando al mercado.
Esta puede ser la hoja de ruta de la Junta para modificar el plan de gratuidad de libros de texto, algo que la consejería ya dejó entrever cuando suspendió la compra de dos millones de manuales de Secundaria como parte del plan de ajustes para contener el déficit público (se ahorraron 45 millones de euros). "A la larga tendremos que plantear si dejamos de comprar a las editoriales algunos libros de texto y empezamos a adquirir los derechos de autor de sus contenidos digitales", explicó a El Correo el consejero de Educación, Francisco Álvarez de la Chica. Gran parte de la industria del libro es reticente: alega impedimentos pedagógicos, pero sobre todo económicos. Sin embargo, ocho editoriales ya han empezado a colgar su material didáctico electrónico en el servidor de la consejería.
En la última década, en España han pasado de editarse 1.214 contenidos digitales a 8.447 (a diciembre de 2008), según datos del Ministerio de Cultura. Los soportes más extendidos son CD-ROM, DVD, CD y archivos abiertos de internet. Pero la edición electrónica de libros de texto tiene una evolución muy asimétrica. En 2006, por ejemplo, se editaron 553 libros de texto digitales, en 2007 aumentó un 38% (3.051) y en 2008 cayó un 24,5% (-23,7%). La facturación de las editoriales especializadas en libros de texto es muy desigual: en Educación Infantil, el 98% son libros de papel, y el 1,9% en otros soportes. En Primaria la diferencia es del 96,8% frente al 3,2%, y en la ESO, el 95,9% frente al 4,1%.
Los contenidos digitales suponen entre el 20 y el 25% de los materiales curriculares que se utilizan en las aulas españolas. Por eso las escuelas andaluzas no pueden afrontar masivamente un relevo drástico de materiales en papel al contenido digital. "Las editoriales aún no tienen en soporte electrónico todo lo que necesitamos", explican fuentes de la consejería.
La industria del libro fue la primera en divulgar su recelo al cambio de formato: advierten contra la "tentación" de primar las herramientas en detrimento de los contenidos educativos, y recuerdan que ningún país sustituye el libro de texto por un soporte digital, sino que complementan ambos. Hasta la fecha, la norma de registro y supervisión de libros de texto sólo permitía a las editoriales meter en la base de datos de Educación contenidos con soporte físico (libros, cuadernillos...) Para poner en marcha el plan piloto del libro digital, la consejería ha levantado el veto al software didáctico. Antes de final de año habrá cambiado la norma para dar entrada al material digital en las escuelas de Andalucía, la única comunidad donde aún estaba prohibido cualquier tipo de material que no fuera de papel.
Todo este debate empezó como quien anda de puntillas para no cortarse con los cristales: Educación presentó el libro digital tras anunciar que suspendía el convenio con los editores y libreros andaluces. A la consejería se le reprochó haber improvisado el debate: De la Chica empezó hablando de e-books y al poco confirmó que de momento se usarán archivos pdf dentro de un pen-drive. Falta por ver cómo se conecta esta iniciativa con la Escuela 2.0.
