La Delegación de Educación estudia cerrar el Instituto de Secundaria Siglo XXI de Torreblanca el próximo curso, dentro de un plan para "reorganizar al alumnado de la zona", según confirmaron fuentes de la Junta. El cierre no es la única opción sobre la mesa, ya que existe también la posibilidad de que se equilibre el reparto de los escolares entre este centro y el IES Torreblanca, pero los padres del Siglo XXI se temen lo peor y ya han iniciado movilizaciones.
El IES Torreblanca absorbe al alumnado de la mayoría de los colegios de Primaria del barrio y ronda los 700 escolares mientras que al Siglo XXI solo van los niños procedentes del centro Menéndez Pidal y alumnos de diversos barrios que cursan programas de capacitación profesional (PCPI). Este curso cuenta en total con 210 alumnos y una plantilla de 35 docentes y Educación entiende que "no es sostenible".
El IES Siglo XXI se creó hace 16 años y atiende a la población de Torreblanca la Nueva, por lo que muchos de sus alumnos presentan necesidades especiales que requieren una atención personalizada, con programas por los que el centro ha recibido varios premios, y que, según denuncian los padres, no tendrán en el IES Torreblanca, que ya está saturado y que en caso de absorberlos aumentaría la ratio.
Amparo Redondo, representante del AMPA, tiene a un hijo de 12 años en este centro, en el que también estudió otra hija suya. "Yo no quiero que lo cambien, en el otro he visto cosas, incluso tráfico de drogas, que no he visto en éste. Y dicen que somos una zona marginal ¿por qué? Somos personas igual que ellos", denunció.
Desde su creación, se planteó que progresivamente se irían adscribiendo colegios de la zona al Siglo XXI pero la negativa de los padres a llevar a sus hijos a este instituto, por esa fama de marginalidad de la zona en que se ubica, ha hecho que finalmente solo reciba a los de un colegio y a los de los PCPI, de ahí que aunque formalmente Educación plantee dos opciones, el AMPA tema que se decante por cerrarlo, máxime en tiempos de recortes.
Redondo dejó claro que los padres de alumnos de este centro están dispuestos a todo. "Llegaremos hasta donde tengamos que llegar, estamos recogiendo firmas, hemos pedido hablar con Educación y si tenemos que encerrarnos o cortar la carretera, lo haremos", afirma Redondo. Defienden que sus hijos obtienen una atención personalizada que les mantiene en el sistema educativa y sin la cual saben que acabaran abandonando y el problema de marginalidad del barrio aumentará. La Delegación insistió en que la decisión no está tomada aunque se adoptará en enero para que entre en vigor el próximo curso.
