El comandante de la fuerza internacional en Afganistán, el general Stanley McChrystal, aseguró ayer en el Congreso de Estados Unidos que la nueva estrategia militar en el país asiático puede tener éxito y que a mediados de 2011 las tropas estadounidenses podrán comenzar su retirada.
"Para el verano de 2011 le quedará claro al pueblo afgano que la insurgencia no triunfará", dijo McChrystal en su comparecencia ante el Comité de las Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes.
Se trata de la primera comparecencia del general ante ambas cámaras del Congreso desde que el martes día 1 el presidente Barack Obama delineara la nueva estrategia militar en Afganistán, que incluye el envío otros 30.000 soldados a ese país, la mitad durante la próxima primavera de forma escalonada.
La nueva estrategia fue recibida con recelo tanto en por el Congreso como por el resto de los países con presencia en Afganistán. El Gobierno norteamericano intentará lograr el apoyo político y financiero del Congreso para el nuevo despliegue militar y mantuvo que el inicio de la retirada dependerá de las condiciones sobre el terreno aunque la Administración Obama pretende comenzar el retiro de las tropas en julio de 2011, una vez confiadas las tareas de seguridad a las autoridades afganas.
McChrystal reconoció que entre los retos que afronta la nueva estrategia figuran la amenaza que suponen los grupos radicales que operan en la frontera entre Afganistán y Pakistán, el "déficit de credibilidad" del Gobierno de Kabul, y la capacitación de las fuerzas de seguridad afganas. También agregó que no prevé solicitar más tropas en el futuro y repitió el mensaje oficial de que revertir el empuje de los talibán es clave para "la derrota de Al Qaeda".
En cuanto al grupo terrorista internacional que aún cuenta con una presencia internacional importante, el general estadounidense dijo "no creo que podamos derrotar definitivamente a Al Qaeda hasta que Osama bin Laden sea capturado o asesinado". En opinión de McChrystal el terrorista es "una figura simbólica cuya supervivencia envalentona a Al Qaeda como una organización con franquicias a lo largo de todo el mundo".
Por ahora nadie sabe con certeza dónde se encuentra Bin Laden, como declaró el consejero de Seguridad Nacional, James Jones, el terrorista saudí podría esconderse, posiblemente, en Waziristán del Norte "a veces en el lado paquistaní de la frontera y a veces en el lado afgano".
Atentados. Mientras tanto, el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, pidió ayer en un discurso dirigido a la nación “unidad y paciencia” para afrontar la lucha contra el terrorismo. Al Maliki acusó a “bandas criminales de Al Qaeda y Al Baaz, respaldadas desde el exterior” de haber perpetrado los atentados, aunque sin concretar de dónde venían éstos. “Los enemigos de Irak han formado un frente unido y nosotros también debemos permanecer en un frente unido para enfrentarnos a ellos”, dijo Al Maliki, que reaccionaba así a la sangrienta jornada de hace dos días, en la que una cadena de atentados en Bagdad acabó con la vida de 125 personas.
En su intervención, el primer ministro puso énfasis en que “el terrorismo no diferencia un nacionalismo de otro” e instó a los iraquíes “a mostrar más cohesión y firmeza sin importar las inclinaciones políticas”.
El mandatario iraquí evitó lanzar acusaciones concretas y se limitó a condenar a los “terroristas inmorales que quieren sabotear la seguridad y la estabilidad y minar los logros conseguidos en los últimos años”. Asimismo, instó al Tribunal Superior de Justicia a condenar a muerte a aquellos que estén involucrados en crímenes terroristas y atentados.