El vendaval está pasando. EEUU logró salir de la recesión en el tercer trimestre del año con un crecimiento interanual del PIB del 3,5%, mientras que España, al menos, frenó la caída de su economía en una décima (-4,1%).
En el caso de la recuperación de la economía estadounidense -que en el segundo trimestre retrocedió un 0,7% y permanecía en territorio recesivo desde hace más de un año- se superaron las expectativas del mercado, que auguraban un crecimiento del 3%. El Departamento de Comercio precisó que el repunte del PIB refleja principalmente la contribución positiva del gasto de los consumidores, así como de las exportaciones, el gasto público y las inversiones residenciales.
En España, en cambio, la recesión sigue golpeando a la economía, que acumula cinco trimestres de caídas, si bien en el último de ellos el descenso -del 0,4%- fue el menos pronunciado desde que comenzó la crisis, según los datos del último boletín del Banco de España publicado ayer.
De este modo, el organismo supervisor señala que la contracción -de cuatro décimas del PIB en el trimestre frente a la del 1,1% registrada entre julio y septiembre- acumula un retroceso interanual del 4,1%, una décima inferior al registrado en el periodo anterior.
El análisis del Banco de España atribuye "parte" de la moderación del retroceso de la economía nacional a las medidas de estímulo del Gobierno, y en concreto cita el Plan 2000E para la ayuda a la compra de coches y el Fondo Estatal de Inversión Local, aunque advierte de que estas iniciativas son transitorias.
El cálculo, en cualquier caso, invita al optimismo porque la economía española creció por última vez en términos trimestrales entre enero y marzo de 2008, y en el segundo trimestre de ese año se paró, para empezar a caer en los periodos sucesivos.
El informe apunta que en el tercer trimestre se prolongó la debilidad del consumo de los hogares, aunque el descenso es "de forma inequívoca" menos intenso, del 4,9%.
Así, el consumo privado adolece todavía de factores "muy potentes" que lo reprimen, especialmente la destrucción de empleo y su repercusión en las rentas familiares, así como el "negativo efecto riqueza" que provoca la bajada de los precios de la vivienda, que supone el principal activo de los hogares.
En menor medida repercutió la restricción del crédito, que además fue menor para las familias que para las empresas.
Por otra parte, destaca el importante impacto que tiene la destrucción de empleo en la contracción del consumo, aunque en el tercer trimestre del año ésta se sitúo en el 7%, lo que supone una décima menos frente al segundo trimestre. A ello se suma que el descenso de la afiliación a la Seguridad Social fue del 6%, siete décimas inferior al del segundo trimestre y la primera ralentización desde el comienzo de la crisis.
Pese a la debilidad del consumo, el Banco de España considera que el deterioro se ha amortiguado gracias a medidas como el Plan 2000E, que ha hecho que más hogares compraran un vehículo. Además, la incertidumbre que perciben las familias tiene un efecto positivo, el del aumento de la tasa de ahorro, que alcanzó máximos históricos del 17,5% de su renta disponible.
Por otro lado, el boletín analiza también la evolución financiera, y asegura que en el tercer trimestre continuó el proceso de normalización de los mercados y se siguió recuperando la confianza de sus agentes.
Sin embargo, recuerda que la financiación del sector privado sigue con caídas, que han sido más acusadas en las empresas que en los hogares.
Tras conocer los datos, la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, indicó que éstos "coinciden" con las previsiones del Gobierno y afirmó que "la crisis se está moderando" por lo que se mostró "optimista" con vistas al futuro.
